Aznar dice que defenderá a toda costa el reparto del presupuesto
ENVIADO ESPECIALEl presidente del Gobierno José María Aznar ratificó ayer en Viena ante sus correligionarios del Partido Popular Europeo (PPE) su oposición a fijar de antemano un techo al presupuesto de la UE para los próximos siete años, y a pactar una estabilización a la baja de los gastos comunes sin saber antes dónde se van a hacer los recortes. Horas antes de comenzar el Consejo Europeo de Viena, llamado a ser un ensayo general del gran debate presupuestario que se celebrará el próximo semestre bajo presidencia alemana, Aznar ratificó su voluntad de defender contra viento y marea el actual reparto de gastos e ingresos que rige la UE.
La diplomacia española contempla con desconfianza, pero sin excesiva preocupación, la alianza franco-alemana para impulsar un recorte de los gastos de la UE y poner en marcha políticas de medio ambiente, empleo y de armonización fiscal. Un alto cargo del Gobierno auguró ayer en Viena que este Consejo Europeo será menos dramático de lo que auguran algunos, aunque el diálogo, a medida que se acerca la decisiva presidencia alemana, será más franco y, en algunos momentos, más tenso. "No creo que se pueda ir más lejos de sacar la foto de dónde está cada país en este momento sobre los grandes temas de la Agenda 2000 [el paquete presupuestario y la reforma financiera de la UE]", señaló esa fuente.
Nacionalismo y Europa
En una conferencia de prensa que puso fin a una reunión de los principales dirigentes populares y democristianos europeos, Aznar oyó alguna queja ante las posturas demasiado "nacionalistas" que impiden un acuerdo en la UE. El primer ministro de Luxemburgo, Jean Claude Juncker, vicepresidente del PPE, afirmó que "Europa es algo más que un presupuesto. La defensa inflexible de nuestras posiciones nacionales nos alejan de un acuerdo".Para el primer ministro luxemburgués no se trata de acabar con los fondos de cohesión "de la noche a la mañana" pero si de organizar una "salida progresiva". En los que sí estaban de acuerdo todos los conservadores europeos es en criticar la iniciativa franco-alemana sobre el empleo, por estimar que aún rigen las directrices de la reciente cumbre de Luxemburgo.
El Ejecutivo español es consciente de que existe una mayoría de países favorable a una estabilización del gasto -leáse limitación o, incluso, reducción del gasto- pero no está dispuesto a conceder su necesaria aprobación hasta que se garantice un reparto equitativo, es decir proporcional a la riqueza de cada país, de los ahorros que se quieren planificar para el septenio 2000-2006. Todo ellos sin que se ponga en cuestión la existencia del Fondo de Cohesión, piedra angular de la política de solidaridad europea.
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