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Los expertos proponen una reforma financiera que compense a Alemania sin reducir la cohesión

El problema de la excesiva carga que soporta Alemania en el presupuesto de la UE se puede corregir sin que los países de la cohesión contribuyan a la solución de este problema. La tesis gana terreno entre los expertos con la propuesta del profesor Paolo Cecchini, un veterano negociador comunitario autor del célebre informe El coste de la no Europa, encargado por el Parlamento Europeo. Consiste en mantener las aportaciones e ingresos de España, Portugal, Irlanda -dejará de ser país de cohesión- y Grecia y poner en marcha un mecanismo automático de compensaciones.

Esa fórmula serviría para financiar entre el resto de socios el saldo negativo conjunto que deben soportar para mantener los gastos de la cohesión. Así serían Francia, Italia, Bélgica y Dinamarca, que compensarían los desajustes de Alemania, el Reino Unido y Suecia.Paolo Cecchini ha presentado esta propuesta durante una audición del Parlamento Europeo, que le encargó un dictamen sobre la reforma de las finanzas. El experto italiano ha llegado a la conclusión de que los desajustes presupuestarios no se deben fundamentalmente a las aportaciones de cada socio, sino a las tasas de retorno que reciben tras la aplicación de las políticas comunitarias. Por eso, aun admitiendo que le "repugna" analizar las cuentas comunitarias en términos de saldos netos, ha concluido que el camino más pragmático para un acuerdo consiste en compensar a aquellos países cuyo saldo se separa claramente de lo que le correspondería por su riqueza bruta y su riqueza relativa por habitante.

Pero, a su juicio, ese reajuste debe realizarse cumpliendo dos grandes premisas. Por un lado, no debe afectar a los países de la cohesión, porque eso minaría uno de los pilares políticos del Tratado de la UE; el reajuste sería global entre todos los Estados miembros fuera del área de la cohesión, poniendo así fin al cheque británico en la medida actual. Por otro lado, el cálculo de los saldos netos no puede comprender como aportaciones los ingresos arancelarios y las exacciones agrícolas, ya que éstos no salen de los presupuestos nacionales, sino de los recursos de los consumidores finales. Por el lado del gasto, sólo tiene en cuenta las ayudas agrícolas del Feoga, los fondos estructurales (incluyendo el Fondo de Cohesión), las políticas internas y los gastos operativos, pero no los gastos exteriores al territorio de la UE y los gastos administrativos o los pagos de multas, porque éstos tampoco son desagregables, no son imputables a cada país.

En definitiva, el ajuste se realiza sobre un presupuesto de 57.386 millones de ecus (9,58 billones de pesetas), resultante de la media de los ejercicios 1995 a 1997 de las partidas citadas, en lugar de los cerca de 75.000 millones que resultarían de los gastos totales de la Unión. La propuesta mantiene al margen a los cuatro países de la cohesión, que en ese periodo y en esas partidas aportaron 5.717 millones de ecus y recibieron 22.559. El profesor Cecchini toma los montantes de los restantes 11 países, que aportaron 51.609 millones de ecus y recibieron 43.559, por lo que padecen un saldo negativo conjunto de 8.110 millones de ecus.

La corrección de Cecchini consiste en adjudicar a cada Estado una parte de ese déficit de acuerdo con su riqueza relativa y restarlo de su saldo neto. Tras ello, los países que resultan con saldos positivos compensan a los que siguen con saldo negativo, pero no trasvasando el 100% de la cantidad a compensar, sino sólo dos tercios, para "poner en evidencia la imperfección de las políticas de gasto e incentivar a las instituciones a mejorar progresivamente la estructura del presupuesto".

La fórmula del profesor italiano permitiría a Alemania reducir su saldo negativo en 3.177 millones de ecus (530.000 millones de pesetas), al tiempo que beneficiaría también al Reino Unido en 888 millones de ecus (148.000 millones de pesetas), aunque a costa de haber perdido antes los beneficios de su cheque. Suecia obtendría 137 millones de ecus, y Austria, tan sólo 3,2 millones. Los países que trasvasarían ese dinero son, sobre todo, Francia (1.843 millones de ecus) e Italia (1.198), pero también Dinamarca (498), Bélgica (460) y Finlandia (199). Luxemburgo pagaría un poco (5,7 millones) y Holanda se quedaría como está al aportar tan sólo 700.000 ecus de compensación.

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