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Quintero evoluciona hacia cuadros "con potencia y carácter"

El pintor mezcla retratos, paisajes y cábala

El pintor Daniel Quintero (Málaga, 1949) vuelve hoy a la galería Marlborough, de Madrid (Orfila, 5), firma a la que está vinculado desde 1977, para presentar 21 obras, entre retratos, paisajes, naturalezas muertas y temas cabalísticos, que significan una evolución en su trabajo desde el realismo pictórico. "Hay un cambio en la forma de enfrentarme al cuadro y de usar el color. Quiero hacer cuadros con potencia y carácter", declaró ayer.

Los retratos de los ex presidentes Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo Sotelo, encargos para una nueva galería de retratos de presidentes de la democracia en el palacio de La Moncloa, comparten sala con dos paisajes de chabolas con la Puerta de Europa al fondo y un retrato de un viejo castellano "con ese efecto de paisaje castellano y mundo interior en la mirada". Es la variedad que prefiere exponer Daniel Quintero en la misma galería que hace cuatro años llenaba de retratos, muchos de ellos de niños.Quintero retrata a las personas que le atraen. En la exposición identifica a Gloria Gauger y Jesús del Pozo, pero no lo hace con una Spice Woman. Junto a ellos, temas sefardíes y cabalísticos -el artista es "judío nuevo" desde hace cinco años- y naturalezas muertas. Con estos últimos trabajos, Quintero se coloca en las fronteras del realismo pictórico. "Me produce malestar esa separación entre la figuración y el realismo y la pintura formal, conceptual. No se puede dividir la pintura en campos".

Un método

"Mi generación se inicia con las pinturas de Tàpies y el informalismo. Empecé siendo un pintor abstracto, vendiendo mis obras en el Rastro durante cuatro años, pero yo necesito seguir un método. Antes de entrar en Bellas Artes conocí la pintura naturalista, hecha del natural, con mi maestro Amadeo Roca. He pasado por el llamado hiperrealismo, el realismo madrileño y otras etiquetas para, al cabo de 25 años, ser un pintor que quiere hacer cuadros con potencia y carácter". El artista, que no es consciente de un estilo y no busca la originalidad, dice que pinta con colores "más simples y puros, con menos matices, pero más potentes". Prefiere cambiar de temas -en sus estantes de cristal busca la geometría-, pero seguirá con el retrato. "El ser humano es muy atractivo de pintar, tratar de traducir lo que lleva dentro".

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