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La Fundación Británica para el Corazón invierte en tabacaleras

Isabel Ferrer

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La Fundación Británica para el Corazón acaba de sufrir uno de los mayores chascos de su historia. De carácter benéfico y especializada en ayudar a los que quieren dejar de fumar, invierte los fondos de pensiones de sus empleados en firmas tabacaleras tan poderosas como British American Tobacco Gallager e Imperial Tobacco. Éstas son las que sacan al mercado mundial las cajetillas de Lucky Strike, Silk Cut o Benson & Hedges, entre otras marcas.La noticia, desvelada por el rotativo The Independent on Sunday, ha sorprendido a la cúpula de la fundación. Keith Peters, científico de la Universidad de Cambridge, que preside su consejo de administración, ha reconocido que nunca pensó que la casa pudiera hacer inversiones de este tipo: "Las asociaciones caritativas intentan evitar a la industria tabacalera", ha señalado.

El mejor precio

En su descargo, portavoces de la fundación han declarado que ya no invierten directamente ninguna suma. Sus fondos de pensiones están en manos de Scottish Widows, una entidad bancaria que trata de obtener el mejor precio por cada acción en la Bolsa. Al contrario que otras similares, ésta no aplica una "política ética" a sus operaciones bursátiles. La fundación ha visto por ello cómo su dinero aumentaba gracias a los beneficios generados por el consumo del producto que critica.Otros grupos benéficos, como la Campaña contra el Cáncer, han pedido, por el contrario, a sus intermediarios financieros que no inviertan en tabaco a pesar de los ingresos que ello les reportaría.

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