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Una malagueña inventa unos pañales geriátricos sin celulosa que evitan las infecciones hospitalarias

Asegura que va a solucionar un problema que afecta a un millón de adultos en España: la incontinencia. María Lucía Bautista ha recibido el premio a la mejor iniciativa empresarial en la pasada edición de la Feria de Empresarias malagueñas (Femma) con un producto muy original en el mundo financiero: unos pañales geriátricos que en vez de celulosa son de salvado y que, para evitar las infecciones, separan la orina de las heces. Esta mujer que ha sido auxiliar de enfermería se puso manos a la obra hace tres años hasta que logró dar con las partes que debían componer este tres-piezas milagroso: una compresa de salvado, un pañal de tejido nonwovens que se puede lavar y un colector de orina en versión masculina y femenina que está conectado a una bolsa urológica. Bautista sólo ve ventajas para este producto que estará en la calle en primavera. Es más barato que el modelo tradicional. Frente a las 10.000 pesetas que cuesta un paquete de 80 unidades de los pañales al uso, un lote de los de esta inventora, que incluye 60 compresas de salvado y 30 pañales, se va a poder adquirir por menos de 8.000. "Con estos un incontinente sólo tiene para 10 o 12 días y las 160 unidades mensuales que receta la Seguridad Social no les bastan. Con los míos, en cambio, va a tener para todo un mes". Además de que el precio sea más ventajoso, "no producen escaras, ni infecciones porque el enfermo permanece siempre seco". No ocurría lo mismo con los de toda la vida, que son como los de niño pero en tallas superiores. "La persona se tenía que cambiar cuatro o cinco veces al día y siempre estaba mojada". Por si esto fuera poco, también son ecológicos. "Hemos sustituido la celulosa, que es un materia muy contaminante, por el salvado, que absorbe más, es absolutamente natural y más barato", asegura Bautista que no entiende "cómo no se les había ocurrido a las grandes multinacionales que tanto dinero invierten en investigación". El premio no le ha pillado por sorpresa. Es cerca del décimo galardón que se lleva con este original desde que dio de alta la empresa Lauclar, que es la que va a fabricarlos. Desde entonces se ha pasado tres años "llamando a puertas en busca de un socio capitalista" en Canadá, EE UU y España, entre otros sitios. Y está a punto de encontrarlo y poder montar la fábrica en Málaga.

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