Aspirantes y falsos profetas

Ian McEwan pasó por una de esas escuelas. Augusto Monterroso dio clases en varias. Carmen Posadas tomó algunos cursos. Gabriel García Márquez da talleres de reportaje y guiones para cine. Y Mario Benedetti y Jorge Edwards han hecho lo propio este semestre con 60 alumnos en la Casa de América, en Madrid.Unos y otros forman parte del auge de las escuelas y talleres sobre escritura, que en España rondan ya los cincuenta, y que permitió a comienzos de noviembre la realización en Vitoria del II Encuentro de Talleres de Escritura, con cerca de cien asistentes.

Pero la fiebre por escribir ha traído un riesgo: la aparición de toda clase de talleres y "falsos profetas", reconocen Clara Obligado, del Taller de Escritura Creativa, y Enrique Páez, del Taller de Escritura de Madrid. "Es algo normal, pasa en todo; y yo prefiero que haya una abundante oferta a que exista poca o ninguna", dice Obligado.

Entre las aspiraciones de unos y de otros y los riesgos de aquí y de allá, la demanda aumenta. El taller de Páez pasó de 90 alumnos el curso anterior a 110 en éste, mientras en el de Obligado se ha incrementado la presencia masculina, "algo inédito", dice.

Todos coinciden en que el único punto de unión entre los alumnos es el interés por la lectura. La edad promedio puede estar entre los 25 y 30 años, y las profesiones u oficios incluyen desde filólogos y abogados, pasando por amas de casa, hasta periodistas, "que es donde podría haber un mayor número", opina Páez.

La oferta incluye cursos de preparación de iniciación desde 30.000 pesetas el bimestre y luego 10.000 o 13.000 mensuales con una o dos clases semanales. También existen cursos a distancia como los del Taller de Fuentetaja, que lleva 11 años, con cerca de quinientos alumnos.