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El precio de los pisos nuevos en Barcelona ha subido más de un 7% en el último año

El aumento del índice de precios al consumo (IPC) es el más bajo de la historia de España, pero muchos bienes continúan al margen de lo que algunos economistas han bautizado como "la muerte de la inflación". Uno de ellos es la vivienda nueva, que en los últimos meses ha subido en Barcelona un 7,6%, según el estudio de Tecnigrama realizado por la Asociación de Promotores y Constructores de Edificios de Barcelona (APCE). El precio medio de un piso de 109 metros cuadrados en Barcelona se situará a finales de año en 29,3 millones de pesetas.

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Ante esta escalada de los precios, el presidente de la APCE, el constructor Enric Reyna, ya ha recomendado "frenar el ritmo de construcción de la vivienda nueva". Todo parece indicar que el sector está recalentado y que los promotores, más que evitar nuevas subidas que les favorecerían, pretenden evitar un desplome de las ventas -que no de los precios- que les obligaría a acumular todo lo que están construyendo ahora a un ritmo desenfrenado. Sólo en el segundo semestre de 1998 se construyeron 10.196 viviendas, el 42% más que en todo el pasado año. Pese a ello, sólo quedan 681 pisos sin vender, es decir, la cifra más baja desde 1990, cuando el mercado inmobiliario de Barcelona cayó en la burbuja especulativa de finales de los ochenta que desembocó en una crisis de cuatro años a partir de 1992. Cambio coyuntural En el pasado, el sector inmobiliario operaba con una inflación de dos dígitos, que le permitía revalorizar los excedentes de vivienda que no se vendían en las épocas de crisis pero que incrementaban su valor hasta que se entraba en una nueva fase de bonanza. "Ahora eso no pasará", augura uno de los responsables de un gran grupo inmobiliario catalán, "y el promotor que no asuma este cambio lo pasará muy mal". Precisamente éste es el peligro al que está aludiendo veladamente la APCE cuando solicita que se frene el ritmo de crecimiento de la nueva vivienda. Lo cual parece difícil en un momento en que el sector de la promoción obtiene rentabilidades superiores al 10%. Según José Luis Suárez, profesor del Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE) y uno de los responsables del Libro Blanco sobre el sector inmobiliario que ha encargado el Gobierno, "es cierto que ahora la acumulación de stocks ya no servirá para blindar a mucho promotor mediano, pero la clave está en diversificar invirtiendo en oficinas de manera que se puedan obtener unas rentas por alquileres que sirvan para compensar los periodos de recesión del sector". Los promotores pequeños y medianos y los que controlan el mercado de Barcelona han abandonado el mercado de oficinas ante la mayor rentabilidad de la vivienda. El público compra mucho más alegremente, "porque la caída de tipos permite endeudarse sin tanto agobio", señala Felip Massot, presidente de Vertix. PASA A LA PÁGINA 5

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