Mahler y Shostakovich, versión hamburguesa
Parece claro que la Filarmónica de Hamburgo mantiene no sólo su categoría de excelencia, sino también la tipología de su sonido al mando de su actual titular, Ingo Metzmacher, que nos propuso un programa bipartito: Mahler y Shostakovich. Del primero, una de sus más bellas y triunfantes partituras: los Lieder eines fahrenden Gesellen; del segundo, una de sus sinfonías más célebres, aunque no de las mejores: la Número 7, Leningrado.Solista para Mahler fue el barítono inglés Thomas Allen (Durham, 1944), de voz extremadamente bella, técnica preciosa y flexible y concepto intimista y poético. Allen, la orquesta y su maestro consiguieron una versión de gran pureza y atractivo, más introvertida en el solista que en la parte instrumental, pero merecedora de las tres salidas que el cantante se vio obligado a efectuar.
Orquestas del Mundo (Ibermúsica)
Filarmónica de Hamburgo. Director: I. Metzmacher. Solista: T. Allen, barítono. Auditorio Nacional. Madrid, 3 de diciembre.
En cuanto a la Séptima sinfonía, de Shostakovich, se trata de un testimonio importante de la guerra 1939 / 1945 y presenta algunos problemas: es y no es realista; es y no es poemática y, decididamente, es gigantista dentro de un pensamiento bastante simple. Insistir en la comparación de la marcha sobre el batir de la caja militar con el caso del Bolero de Ravel me parece injusto para el francés, pues en el soviético manda una superficialidad de la que huyó siempre Ravel y que el mismo Shostakovich eludió en buena parte de sus obras. Metzmacher, y su brillante y virtuosista conjunto, expuso la Leningrado con suma claridad y sin abusos retóricos añadidos a los que están ya en la partitura.
Babelia
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