Voluntariado y desarrollo
Andalucía posee un valioso patrimonio que sólo está inscrito en el registro de la vida diaria, en el corazón de su gente, y es de un valor incalculable. Entre los valores más arraigados de ese patrimonio figuran la solidaridad, el altruismo y el compromiso con la vida comunitaria. Son actitudes genuinamente andaluzas que se manifiestan en la implicación personal en los problemas comunes, en la ayuda a quien la necesita y en el sentido acogedor, tolerante y humanitario ante las situaciones y los acontecimientos. Y ello ejercido de forma generosa y sin fin de lucro. Las asociaciones de voluntarios cuentan con una larga trayectoria en nuestra tierra. Las de antaño, y desde diferentes tradiciones y orientaciones, fueron precursoras de las modernas organizaciones de acción voluntaria. En la actualidad el voluntariado significa una particular forma de estar y participar en la sociedad. Es además un movimiento comprometido en la defensa de los intereses de personas y grupos en situaciones desfavorables que forma un tejido asociativo para contribuir a la mejora de la calidad de vida de los demás por una vía democrática. Por citar tan sólo dos ejemplos, quiero aprovechar la oportunidad del cincuentenario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos para destacar la acción solidaria en este ámbito, así como la Declaración del Año Internacional de las Personas Mayores para encomiar el emergente voluntariado de los mayores. Éste es el nuevo y formidable rostro del voluntariado de nuestros días y con el que las Administraciones Públicas queremos reforzar las relaciones. Para ello estamos en un apasionante proceso de elaboración consensuada de una propuesta de anteproyecto de Ley del Voluntariado de Andalucía. Una Ley para un voluntariado que, en sus manifestaciones más sólidas y organizadas, ha llegado a ser un importante factor de desarrollo social, económico y político. ¿Dónde está la novedad? Mientras que en el pasado la acción voluntaria se centraba en un ejercicio caritativo o asistencial, el nuevo voluntariado se nos revela como agente de un nuevo desarrollo social, pero también de desarrollo económico y político. Como agentes de desarrollo sociopolítico, las organizaciones de acción voluntaria son, cada vez más, instrumentos de participación ciudadana en el diseño de las políticas públicas. El voluntariado andaluz, que supone un 16,5% del total de personas inscritas en las diversas asociaciones y un 4,17% respecto del total de la población andaluza, constituye un sector social organizado en entidades que se rigen por normas democráticas y un extraordinario cauce de participación ciudadana en su constante implicación en la vida de la comunidad. No debe sorprender que la Junta de Andalucía desee avanzar en las relaciones con este singular patrimonio formado por ciudadanos que humanizan y articulan nuestra sociedad e incrementan nuestro bienestar. Avanzar en estas relaciones supone reconocer que su particular modo de participación es un derecho fundamental como quiere la Constitución y nuestro Estatuto de Autonomía; es valorar la voluntad y la conciencia de estos ciudadanos por reclamar una responsabilidad más directa y personal en las actividades de interés general; es reconocer el carácter autónomo y vigoroso del movimiento voluntario basado en un compromiso libre, responsable y altruista; es garantizar la libertad de los ciudadanos a expresar su compromiso voluntario a través de los cauces que mejor satisfagan sus intereses y motivaciones; es estimular y promover la acción voluntaria organizada, facilitar los medios y recursos que hagan posible su ejercicio efectivo y fortalecer y ensanchar sus relaciones con las Administraciones Públicas. La futura Ley del Voluntariado de Andalucía supone un motivo adicional para felicitarnos y felicitar a los voluntarios y a sus organizaciones en su Día Internacional, porque esta Ley aspira a ser un instrumento eficaz para la promoción del voluntariado en nuestra Comunidad Autónoma, un ejemplo de las nuevas relaciones entre Estado y Sociedad que la Junta de Andalucía considera necesarias para avanzar en libertad, en bienestar social y en desarrollo hacia la meta de una sociedad más solidaria, democrática y humana. Éste es el compromiso del Gobierno andaluz y ésta es la responsabilidad que ha asumido la Consejería de Asuntos Sociales.
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