Universidades
Las universidades en España se han multiplicado hasta llegar al número de 53, muy por encima de las necesidades españolas. Como consecuencia, el número de graduados universitarios supera con mucho las oportunidades de trabajo de los nuevos licenciados, y, lo que es peor, se ha multiplicado el número de graduados que se quedan en el camino. El presidente de la Conferencia de Rectores (EL PAÍS del 22 de noviembre pasado) reconoce que somos el segundo país de Europa en número de graduados comparativamente a su población. Como consecuencia, cada estudiante recibe menos dinero para su educación superior, lo que repercute obviamente en el nivel de su formación. El desmadre regional de centros superiores de nivel universitario en las autonomías es la causa de esta perniciosa situación académica. La multiplicación del profesorado se resiente igualmente de esta abundancia de cátedras y de adjuntías y se rebaja por término medio la exigencia o la excelencia de lo dictado en las aulas. En Estados Unidos, donde trabajé nueve años, salió un libro titulado Degree mills (Fábricas de títulos), que debía ser conocido por nuestros responsables de la proliferación de universidades. Es sabido que en aquel país existe una valoración implícita, y cuando se habla de contratar se prefiere a los graduados de ciertas universidades frente a los de otras. Son comprensibles las quejas de los rectores exigiendo al Ministerio de Educación y al presupuesto nacional más medios y mejoras en suplementos para el profesorado. En cuanto a lo primero, aquél ya no es responsable, puesto que la educación superior está transferida a los Gobiernos autónomos en casi su totalidad; allí es donde debe reclamarse el aumento o equivalencia de la remuneración de los segundos. Éste es el panorama actual.Como presidente de la Asociación de Colegiales del Colegio César Carlos, por el cual han pasado 1.500 graduados, en 53 años, para ingresar en los cuadros de la Administración, la universidad y los centros de investigación nacionales, me cumple recordar que sólo seleccionando académicamente a los graduados debidamente formados evitaremos el desperdicio de unas universidades escasamente necesarias y adecuaremos las necesidades de licenciados a las peticiones de la sociedad española.- . Embajador de España. .
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