ANTONIO ESCUDERO CATEDRÁTICO DE HISTORIA ECONÓMICA "El 80% del capital de la industrialización vizcaína fue foráneo"

El catedrático de Historia Económica Antonio Escudero (Orihuela, 1950) da clases actualmente en la Universidad de Alicante, pero no ha olvidado sus doce años de trabajo como docente en el País Vasco. Los grupos de presión mineros y las condiciones laborales de los trabajadores de la cuenca de Somorrostro a fines del siglo pasado son algunos de los asuntos que ha investigado Escudero. Acaba de publicar el libro Minería e industrialización de Vizcaya, en el que ha trabajado durante cinco años. Con un claro tinte polemista, el autor rebate la tesis tradicional que asegura que la industrialización en Vizcaya se debió a la inversión de los beneficios de las explotaciones mineras en la creación de nuevas empresas. Pregunta. ¿Qué hace un catedrático valenciano investigando la industrialización vizcaína? Respuesta. Yo he trabajado en el País Vasco entre 1975 y 1987, primero en un instituto de Getxo y después, en la Facultad de Económicas de Sarriko. Aquí entré en contacto con Emiliano Fernández Pinedo, quien me sugirió que investigara la minería y la industrialización de Vizcaya, que fue el tema de investigación de mi tesis doctoral. Finalmente, años después, me he decidido a profundizar en la investigación que empecé en mi tesis sobre la minería vizcaína y publicar este trabajo. P. ¿Cuáles cree que fueron las razones de la industrialización en Vizcaya? R. El factor fundamental es el factor tecnológico. Cuando se descubrió el convertidor Bessemer [de fabricación de acero], hacía falta mineral sin fósforo y Vizcaya, como tenía esa clase de mineral, era el lugar más adecuado para instalar la industria del acero. Hacia Vizcaya afluyó capital de toda España y también de colonias como Cuba. También influyeron las condiciones que reunía Vizcaya, que contaba con una mano de obra cualificada en ferrerías y una burguesía emprendedora. Esto rebate la tesis tradicional que relaciona directamente la reinversión de beneficios de las explotaciones mineras con el nacimiento de la industria en Vizcaya. P. ¿Por qué cree que es errónea esta última teoría? R. La tesis tradicional ha copiado literalmente las tesis de la patronal minera. A finales del siglo pasado, el Gobierno de Madrid quería poner impuestos a la exportación de mineral y la patronal vizcaína organizó una campaña en contra. Se contrataron periodistas a sueldo para que extendieran la idea de que con los beneficios del mineral se habían creado la industria del acero y otras fábricas. P. En su libro cita en numerosas ocasiones al historiador Manuel González Portilla, negando sistemáticamente sus teorías. R. Es que él es el principal defensor de la tesis oficial. González Portilla lee a estos publicistas contratados por los empresarios y no utiliza a otros testigos objetivos. Plagia los argumentos de la patronal, calcula unos beneficios de 800 millones de pesetas y dice que con este dinero se industrializó Vizcaya. Yo he investigado los archivos del Círculo Minero y las actas de constitución de las principales industrias y la documentación habla de que los beneficios acumulados por la burguesía minera fueron tan sólo de 400 millones de pesetas y que el 80% de los inversores de la industrialización vizcaína ni son mineros, ni son vizcaínos. Es un capital foráneo y muy heterogéneo. P. Llama la atención que en su libro hable abiertamente de "traspiés de González Portilla". ¿Conoce a este historiador? R. No, no le conozco, ni tengo nada contra él. El problema es que es el padre de esta tesis y, si tengo que rebatirla, utilizo argumentos contra lo que él afirma. Es lógico cuando uno hace una polémica científica que niegue otras tesis. La ciencia, nos guste o no nos guste, sólo avanzará si polemizamos los científicos. Yo sé que el día de mañana puede llegar alguien que rebata con éxito lo que yo he escrito, pero es así. P. ¿Cuál es el objetivo de su libro? R. Tiene dos objetivos, uno microeconómico, para investigar la minería vizcaína y otro macroeconómico, que es negar la teoría tradicional de la industrialización vizcaína, proponiendo un modelo más complicado, rico y heterogéneo. Pablo de Alzola ya sostenía esto que yo afirmo y yo, de hecho, cito sus palabras en el libro, rebatiendo a los publicistas de la patronal minera.