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Títeres del otro lado del charco

Maribel Marín Yarza

Domina la técnica de la marioneta de guante y el arte de la comunicación directa. La compañía argentina El Chonchón, liderada por el chileno Miguel Oyarzún, presentará hoy dentro del XVI Festival Internacional de Marionetas de Tolosa su espectáculo Los bufos de la matiné, un montaje que simboliza un homenaje a los grandes del cine mudo. El lenguaje de Chaplin, Keaton o Laurel y Hardy no excluyó a nadie, traspasó las pantallas y cautivó a familias enteras. El Chonchón ha visto la oportunidad de realizar un mismo espectáculo con una doble versión, para niños y adultos. La cuestión radica en cambiar de lenguaje en función de los espectadores a los que va dirigido. "Cuando actuamos ante adultos", afirma Carlos Piñero, "ponemos en práctica un juego de sutileza idiomático y utilizamos unos gags que los niños no entienden". Cuestiones relacionadas con lo social, temas comprometidos. Precisamente, la presencia de El Chonchón, una compañía nacida en Chile, pero consolidada en Argentina, ha coincidido con la decisión de la Cámara de los Lores británica de denegar la inmunidad al ex dictador chileno Augusto Pinochet. En sus actuaciones no ha podido eludir referencias titiriteras a lo que se ha convertido en uno de los grandes temas internacionales de hoy. Esta incursión en la actualidad no es casual. El Chonchón construye montajes con una estructura abierta a la improvisación. Sus marionetas de guante no se limitan a repetirse un día tras otro, se nutren de la actualidad de los periódicos o la cultura. Al final, tal y como asegura Piñero, El Chonchón "actúa a la imagen y semejanza de los viejos juglares, como periodistas, que llevaban las noticias. Nosotros no nos podemos quedar indiferentes ante las cosas que ocurren". El títere llegó a Argentina en el siglo XVI con los primeros expedicionarios, de la mano de un artista que se dedicaba a entretener a los marineros durante el viaje. Sin embargo, la tradición se perdió con los años. Su recuperación se debe a Federico García Lorca, que estrenó en esta tierra El retablillo de Don Cristobal. Precisamente el Festival Internacional de Marionetas de Tolosa recordó ayer la figura del autor granadino. El Chonchón, una compañía fundada por los hermanos Miguel y Roberto Oyarzún en 1967, en Chile, que ha participado sobre todo en festivales de Latinoamerica, apenas encuentra diferencias entre los espectadores españoles y los de aquel continente. "El público en general es el mismo, aunque en su respuesta sí hay conductas que responden a distintas tradiciones", afirma Piñero. "En España los niños son más tolerantes, están más acostumbrados a asistir a espectáculos, pero son más contenidos". En Latinoamérica, sin embargo, son más dispersos". En El Chonchón son comunicadores natos, siempre se adaptan al interlocutor. Con su trabajo demuestran que cualquier público es válido para el lenguaje de las marionetas.

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