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La música hace crecer el cerebro y puede actuar como terapia

La música puede orquestar en un futuro cercano una revolución en la medicina. Durante siglos se le han atribuido propiedades curativas para el alma, y ahora un equipo de científicos norteamericanos ha descubierto que también las tiene para el cerebro. Varios estudios sobre la "neurobiología de la música", presentados durante la Conferencia Anual de la Sociedad Neurocientífica de Estados Unidos, celebrada hace unas semanas, han determinado que la melodía y el ritmo ejercen un estímulo directo en funciones como la memoria y el lenguaje o en las emociones, y con ello se ha abierto un potencial terapéutico desconocido hasta ahora.Entre los hallazgos más llamativos está el de los investigadores del Centro Beth Israel de Boston, que han comprobado que el tamaño del cerebro de los músicos es superior al del resto de la población. "No es que los músicos nazcan así, sino que el cerebelo les crece con la práctica constante de un instrumento musical", subrayó el neurólogo Gottfried Schlaug, que ha dirigido uno de los estudios en el Centro Beth Israel de Boston. Por primera vez se ha demostrado que existe un vínculo entre las áreas de actividad de la mente y las respuestas emocionales a la música.

Estudio del cerebro

En otras palabras, la ciencia puede leer el mapa del cerebro como si se tratara de una partitura musical. Donde los investigadores centran sus esperanzas es en la aplicación de los descubrimientos al tratamiento de desórdenes mentales y enfermedades neurológicas. "Ésa es nuestra meta", señaló Anne Blood, que ha dirigido el equipo de la Universidad de McGill de Montreal.El experimento de ese centro se realizó mediante escáneres que controlaban los cambios en las actividades neurológicas, y así descubrieron que cada tipo de música estimula una región específica del cerebro. Por ejemplo, cuando la música era disonante, elevaba el nivel de actividad en el lado derecho, que también se corresponde con la función del lenguaje, y cuando era una melodía suave, impactaba el área izquierda. Eso les permitió "dosificar y dirigir" los estímulos a las áreas de baja actividad por afecciones neurológicas.

La música incluso desempeña un papel en el aumento de la inteligencia, según los experimentos de la Universidad de Tejas, tanto en animales como en los humanos. De hecho, en otros Estados, como Florida, ya se está debatiendo en los centros docentes el que los niños escuchen música clásica mientras aprenden otras materias. Entre las terapias comprobadas figuran la rehabilitación cognitiva de pacientes que han sufrido un infarto o derrame cerebral.

Según el doctor Lawrence Parsons, de la Universidad de Tejas, ya se han registrado muchos casos de pacientes que no pueden recuperar el habla, pero sí pueden comunicarse cantando.

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