El Gobierno de Blair se desmarca de la petición chilena de liberar a Pinochet

El ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Robin Cook, advirtió ayer a su homólogo chileno, José Miguel Insulza, que el Gobierno británico no puede interferir por razones políticas o diplomáticas en el procedimiento judicial para la extradición a España del general Augusto Pinochet. "Le he explicado", declaró Cook a través de un comunicado en el que informó sobre su conversación con Insulza, "que la próxima etapa en el proceso de extradición incluye una decisión del secretario (ministro) del Interior actuando de forma independiente, y que este asunto no es materia de una decisión ministerial colectiva". Como prueba de la independencia con la que pretende actuar el secretario del Interior, Jack Straw, éste ni siquiera recibirá a Insulza durante la estancia del ministro chileno en Londres. Insulza presentó al Foreign Office las razones de índole política y humanitaria por las que, de acuerdo al Gobierno chileno, Pinochet debería ser puesto en libertad y autorizado a viajar a Santiago. Insulza se trasladará el próximo lunes a Madrid para exponer esas mismas razones ante el Gobierno español. El secretario del Interior británico tiene de plazo hasta el próximo día 11 para tramitar la extradición de Pinochet. El Ejército y la derecha chilenos pretenden que, antes de esa fecha, el Gobierno de Eduardo Frei forme una comisión con representación de todas las instituciones chilenas para presionar de forma más decidida en favor de la liberación de Pinochet. En estos momentos hay en marcha un proceso de negociación entre las fuerzas políticas chilenas en el que la coalición de centro-izquierda quiere que, a cambio de presionar por Pinochet, se acepten reformas para profundizar la democracia.