Francia proclama la inmunidad de Kabila al recibirle en París en la cumbre de la francofonía
El presidente de la República Democrática del Congo (RDC, ex Zaire), Laurent Désiré Kabila, se encontró ayer en París con denuncias por violación de los derechos humanos, pero vio confirmada su inmunidad diplomática en la cumbre franco-africana que reunió en la capital francesa a 34 jefes de Estado. Al contrario que en el caso de Pinochet, la fiscalía de París renunció a atender las demandas de las asociaciones de defensa de los Derechos Humanos que reclamaban la apertura de diligencias judiciales contra Kabila por "crímenes contra la humanidad".
Como fundamento de su decisión, la fiscalía parisina invocó las convenciones de la ONU que sostienen la inmunidad de los jefes de Estado y la imposibilidad de aplicar, en el caso de Kabila, los dictámenes de los tribunales penales internacionales para la ex Yugoslavia y Ruanda.Antes de viajar a Bélgica y Francia, países en los que ha sido denunciado judicialmente, el presidente de la RDC había hecho sus gestiones para asegurarse de que su estancia en Bruselas y su participación en la 20ª cumbre franco-africana no iban a convertirse en una trampa. Por si quedaba alguna duda, el ministro delegado para la Cooperación, Charles Josselin, subrayó que Kabila está invitado a esta cumbre en su calidad de jefe de Estado de Congo y dijo que como tal "se beneficia de la inmunidad reconocida a los jefes de Estado en funciones, gran diferencia", enfatizó, "en relación con el caso del general Pinochet".
Este viaje de Kabila resulta especialmente llamativo, pues tanto Francia como Bélgica fueron sostenes del anterior dictador de Zaire, Mobutu Sese Seko, derrocado por Kabila en mayo de 1997 tras 32 años en el poder.
Mientras la aviación de sus aliados de Zimbabue bombardeaba el pueblo de Kabalo, ocupado por los rebeldes tutsis que ahora intentan derrocarle a él, Kabila pisaba la larga alfombra roja que el Elíseo reserva a los jefes de Estado. El presidente de la República, Jacques Chirac, le recibió con un saludo, breve y protocolario, y una sonrisa de oficio.
La figura de Kabila no daba para más en una Francia que ha festejado casi unánimemente la decisión británica de levantar la inmunidad a Pinochet. Francia excluyó de la cumbre a los países bajo sanción internacional, Libia y Sudán. Sin embargo, el candidato de Los Verdes franceses, Daniel Cohn-Bendit, juzgó "chocante" la presencia en suelo francés de dictadores como Kabila o Gnassingbé Eyadéma, presidente de Togo.
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