Chillida expone en Zaragoza sus trabajos más íntimos

Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924) cierra en el Banco Zaragozano la temporada 1997-98 con una muestra, De la mano al espacio, que preludia su presencia en tierras aragonesas. Chillida expone por primera vez en la capital del Ebro y lo hace con una selección de sus trabajos más íntimos: Gravitaciones -dibujos a tinta y collages con varias capas de papel- y Lurras -esculturas en tierra cocida-. Sus trabajos, que podrán verse hasta finales de diciembre, son fruto de su investigación más personal y la mayoría de ellos se datan en su casa de Menorca. El escultor donostiarra volverá a tierras aragonesas el 11 de diciembre. Participará en Huesca, junto a otros cinco miembros de su familia, en una muestra-homenaje al pintor oscense José Beulas.El aperitivo ha sido una sorpresa para muchos. Obras en pequeño tamaño, hermosos dibujos a tinta y collages que evocan sus obras más conocidas. Sus collages no están pegados, porque Chillida huye del pegamento. "Me di cuenta de que el collage no debía estar encolado. Si pegas, le robas el espa-cio que hay entre dos papeles. Alguien dice que soy el primero que hago esto, pero lo llevo haciendo desde hace mucho tiempo".

En la exposición hay un regusto por lo conocido, pero Chillida reivindica la investigación. "Me encuentro a gusto cuando trabajo en territorios que desconozco y hay problemas. Ahí están las cosas". Daniel Giralt-Miracle asegura en el catálogo que "es un investigador de las formas que siempre cuestiona y analiza el espacio". El escultor donostiarra asegura que de clásico no tiene nada. "Soy un aventurero con sentido común y trato de hacer lo que no sé".