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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Vacantes en La Línea

La Diputación de Cádiz convocó, la semana del 9 de noviembre, una plaza de trabajador social para cubrir durante algo más de dos meses una baja maternal en el C. C. Drogodependencias de La Línea de la Concepción. Según las bases, se valoraría preferentemente curriculo y experiencia profesional en drogodependencias. La entrevista para la selección se realizó el 17 del presente, y nos presentamos 13 trabajadores sociales. Quienes hicieron la selección fueron el director del C. C. D. del Campo de Gibraltar, el coordinador del C. C. D. de La Línea, dos miembros de Comisiones Obreras y uno de la UGT, sin voto, al no ser designado originalmente. De las personas que hicimos la entrevista, sólo una compañera tenía seis meses de experiencia de prácticas realizadas en el mismo C. C. D., y yo con seis años de experiencia profesional en el C. C. D. de Algeciras. En cuanto al curriculo, tengo en mi haber 38 cursos realizados, más de siete cursos como docente, más de cinco comunicaciones, más la realización de un proyecto, etcétera, la mayoría de ellos sobre drogodependencias. Me refiero a todo esto porque, extrañamente, no he salido elegida, así como la compañera con seis meses de prácticas, con lo cual, lo que más se tendría en cuenta, según las bases, parece obviarse. Con mi experiencia laboral y curriculo, quedo en la misma situación que un compañero que ha terminado su carrera hace un par de meses. ¡Curioso! Para asombro mío, en la entrevista apenas se me preguntaba nada y sólo lo hace el coordinador de La Línea, solicitándome que responda lo más brevemente posible; me es difícil entender una valoración objetiva. Todo esto se incrementa en lo extraño, cuando la persona elegida no tiene ni experiencia ni formación específica, y estamos hablando de una sustitución de algo más de dos meses, donde hay que llevar el seguimiento de unos pacientes drogodependientes, en un recurso "especializado" en drogodependencias. ¿Cuánto tiempo hay que invertir en formar a esta persona admitida sin experiencia ni formación específica? ¿Qué representatividad tiene un sindicato sin voto? ¿Por qué se obvia la experiencia laboral y la formación? ¿Por qué no ha habido un trabajador social en la selección para valorar el perfil de una manera más objetiva? Supongo que ahora es muy fácil "diluir y eludir" responsabilidades, la pelota se pasa de uno a otro, pero yo me siento en la obligación moral de exponer públicamente este atropello, porque es una manera muy, muy extraña de adjudicar una plaza con las características descritas, parece todo muy "analógico", en cuanto a fuera de lógica, y no puedo quedarme cruzada de brazos ante la falta de objetividad.Sí quiero resaltar de una manera rotunda mi agradecimiento al apoyo y cariño de mis compañeros y amigos, que me han recordado que no estaba sola y me han abrigado con su solidaridad y afecto.-

La canción del capitán

Capitán, ordene aviven el canto, do, re, mi, sol, y el sol en alto, pues las barquillas de La Caleta llegan para escucharlo. En su proa asoma Gadis que parece estar llorando, a estribor una guitarra y dos palmeros el mar observan cabizbajos, ¿en la popa?; en la popa un escritorio solitario. Capitán, ordene aviven el canto. Que en las aguas andaluzas una cosa quede claro, la galera Quiñones continúa navegando. Viento en popa a toda vela, una pluma de timón, y Andalucía de bandera.-

Noticias de Renfe

Leo con interés la carta de Ana M. Tello Martínez, de Jaén (EL PAÍS Andalucía, 5-11-98) y el artículo de Luis García Montero (EL PAÍS Andalucía, 7-11-98) y leo y oigo con perplejidad, y a veces indignación, las noticias de que Renfe ha acortado el tiempo que se tarda en llegar desde Madrid a Valladolid, desde Madrid a Valencia, y de tantos otros trayectos. Y es que de Barcelona a Granada se tardan ¡de 13 a 15 horas! Y ni Renfe, ni la Junta, ni el Ayuntamiento, ni nadie hace nada para remediarlo. El señor García Montero no sabe lo afortunado que es: al final de su viaje de Madrid a Granada, de larga duración y a baja velocidad, está en condiciones de comprender el mundo de Isabel II. Pero es imposible imaginarse nada elegante y gentil cuando se llega a Granada desde Barcelona: en este trayecto sólo hay segunda clase durante el día o litera por la noche. En la cafetería se ha dado el caso de que se enjuagan "tazas" desechables para poder reutilizarlas; el café molido para la cafetera lo sacan de envases de cartón reutilizados también (originalmente contenían leche). Ya en la estación, la sala de espera y los servicios están por debajo del nivel de muchos pueblos. Eso de que Granada sea capital de Andalucía oriental, Patrimonio de la Humanidad, ciudad para la que el turismo es muy importante, etcétera, no parece que le importe a nadie. El caso es que, si nos metemos en Historia, ésta es la Granada que Boabdil hubiera deseado -inaccesible. De Granada a Cádiz se tardan seis horas, con uno o dos transbordos, si hay suerte. A veces se para el tren en medio de un descampado por tiempo indefinido, y entonces se pierden los enlaces. ¿Hay alguna esperanza?-

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