Cartas al director

Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Elecciones al Colegio de Abogados vizcaíno

Cartas a la Directora

25 nov 1998 - 00:00CET

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El pasado 12 de noviembre se celebraron las elecciones a la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Vizcaya siendo las mismas ganadas por la candidatura de Eduardo Escribano Villán. Vayan pues nuestras felicitaciones para el nuevo decano, aunque, por aquello de la amnesia repentina que suele achacar a las personas que se hacen con el poder, no estaría mal recordarle sus compromisos electorales, sobre todo en lo referente a la formación continua y ocupacional, a la atención de sectores especialmente sensibles (mujeres marginadas, menores, inmigrantes, medio ambiente), el servicio de abogacía preventiva y sobre todo en lo que toca a la participación de los compañeros (y no sólo en el coro) en los destinos del Colegio. No deja de sorprenderme que el programa del hasta ahora vicedecano no contenga referencia alguna a la transparencia en la gestión de la institución, y es que al parecer no habría nada que aclarar en relación con las cuentas colegiales o con el turno de oficio, por poner sólo dos ejemplos. En fin, me temo que a pesar de su tan proclamada independencia, no se nos avecina sino más de lo mismo.- Oscar Martínez Asteinza. Abogado. Bilbao.

Promover la donación de órganos

El próximo 3 de diciembre se cumplen 31 años desde que en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) el doctor Christian Barnard realizase el primer transplante de corazón. Por este motivo, la asociación Atcore (Asociación de Trasplantados de Corazón de Euskadi) está organizando una serie de actos dirigidos a promover la donación de órganos. La principal función de esta asociación, constituida en el año 1995, además del mutuo apoyo entre los trasplantados y de estos a los que puedan encontrarse en lista de espera, es colaborar a concienciar a los ciudadanos para que sean lo suficientemente generosos y solidarios, haciéndose donantes de órganos, y así propiciar que quien se encuentra destinado a un desenlace fatal pueda conservar su vida. Y esto no es literatura. El que firma este escrito es precisamente uno de los que puede hacerlo gracias a la generosidad de alguien que decidió donar sus órganos. En esta situación nos podemos encontrar cualquiera. Nosotros en primer lugar, por ser beneficiarios directos y, todo aquel que es capaz de sentir la solidaridad, hemos de huir del egoismo y donar algo que, en realidad, no nos ha de servir.- Pedro María Regúlez O. de Zárate. Santurtzi.

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