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Un tesoro de historieta

La Consejería de Cultura ha adquirido casi 30.000 páginas de tebeos de los fondos de la mítica editorial Maga

Debió ser como encontrarse un tesoro. A la Consejería de Cultura empezaron a llegar algunas personas ofreciendo páginas con los dibujos originales de publicaciones míticas de Maga, una editorial fundada por el padre de Manuel Gago que algunos dibujantes tomaron como alternativa para competir con la todopoderosa Editorial Valenciana, promotora de tebeos como Roberto Alcázar y Pedrín, Jaimito o Pumby. Los tebeos de Maga llevaban muchas veces títulos curiosos: El Defensor de la Cruz, Pequeño Pantera Negra, Apache o Bengala. Su final fue igual de lamentable: cerrojazo a la puerta y todos los originales desaparecidos como por arte de magia. Treinta y cinco años después salen a la luz las obras que publicó Maga, recopilados por el Servei del Llibre, Arxius i Biblioteques, con la intención de crear un fondo que reúna muestras de la actividad artística y editorial del período de los sesenta: "En principio", confiesa Francisca Aleixandre, directora del Servei del Llibre, "sería mucho más elegante decir que todo este material conseguido responde a una política determinada, pero lamentablemente no ha sido así. Hemos ido reaccionando a las ofertas razonables que nos han venido, y así nos hemos hecho con una gran parte de los fondos de Maga". Hablar de una gran parte suena poco explícito. Cuando Francisca Aleixandre dice esto se refiere a los cerca de 30.000 originales recuperados, que permanecían en manos de particulares que prefieren mantener el anonimato. Y es comprensible. Pese a que los finales de las dos editoriales míticas de la edad dorada del tebeo valenciano fueron similares, los afectados por el cierre de la Valenciana (Sanchis, Karpa y otros), siguen batallando por sus originales, aunque los jueces suelen otorgarlos a los editores. Es injusto, según los dibujantes, pero está legalmente justificado. Los autores firmaban unas cláusulas en las cuales reconocían el derecho de la editorial a retener los originales. En teoría se trataba de motivos técnicos (las planchas no eran reutilizables, así que los originales debían permanecer en la editorial para eventuales reediciones) reforzados por la débil posición negociadora del trabajador. Quienes poseían los originales de Maga dudaban muchas veces de su situación legal, así que no querían acudir precisamente a la Administración. "Sin embargo", sonríe Francisca Aleixandre, "con el tiempo, han ido llegando y ahora podemos decir que lo tenemos casi todo". Desde luego, la tarea se puede dar por comenzada, porque los fondos de la Editorial Valenciana siguen desaparecidos, y son mucho más numerosos: si Maga tenía un total de 30.000 obras realizadas en el periodo 1950-1965, sólo José Sanchis, autor de Pumby, realizó aproximadamente 20.000 páginas para Editorial Valenciana. Aunque fue prolífico, no era el único dibujante: Liceras, Karpa, Vañó, Nin y muchos otros estaban en el sello que dirigía Soriano Izquierdo, y cuyos originales siguen fuera de la circulación. Pero la idea de la Generalitat no es comprar todos estos fondos. "Sería absurdo que nos comportásemos como un coleccionista dispuesto a pagar lo que sea por un original. Si llegan a un precio razonable, se adquirirán en su momento, pero no queremos crear la impresión de un mercado con precios al alza porque no reflejaría la realidad ni nuestras intenciones", dice la responsable del Servei del Llibre. La encargada de la clasificación de todos estos fondos, María Luisa Sánchez, se ha convertido en una auténtica experta con sus autores preferidos, como Pérez Fajardo o Eustaquio Segrelles. "Además, hay material de Gago, Boluda, Bermejo, Quesada, Ortiz... Muchos de los originales estaban mal conservados, con gomas elásticas que los estropeaban. Pero lo más curioso son las anotaciones de la censura que había en muchos originales", apunta María Luisa. En la actualidad los fondos de Maga ya han sido clasificados y se espera editar pronto un catálogo de las colecciones. Las 30.000 páginas más sus comentarios deberán esperar a ser pasadas a CDROM o a su próximo sustituto, el DVD, para poder estar al alcance del público.

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