Plan contra el absentismo escolar
El primer edificio víctima de la piqueta con la puesta en marcha del Plan de rehabilitación integral del antiguo Mil Viviendas fue el colegio público Jaime Pascual Segarra. La barriada, declarada en "ruina técnica", empezó a transformarse el 28 de agosto de 1992. Su desolador aspecto iba acompasado por la nomenclatura del callejero, vinculado a conflictos bélicos y terminología militar. El colegio funcionaba en la avenida de los Ejércitos Españoles. Las variables poblacionales que ofrecía entonces y ofrece el barrio en la actualidad son alarmantes. En 1993, el sindicato CCOO hizo público un informe que alertaba sobre el alto índice de desempleo (que afectaba al 72% de la población en edad de trabajar), el no menos preocupante porcentaje de analfabetos (31%), y aportaba un dato que llamaba poderosamente la atención: 28 de cada 100 niños no iban a la escuela. ¿Resultado?: delincuencia juvenil, marginación y pobreza. Con el derribo de la escuela, todas las matrículas de los escolares de Virgen del Carmen fueron asumidas por colegios públicos de barrios cercanos, pero el nivel de absentismo escolar no ha variado mucho desde entonces, según se reconoce oficialmente. La constatación de este hecho ha forzado a elaborar un plan de choque que tomará forma la próxima semana cuando el Ayuntamiento firme un convenio con la Asociación de Vecinos Barrios Unidos, que se implicará en la lucha contra el absentismo actuando en las calles del barrio. El absentismo preocupa, y por ello tanto el departamento municipal de Acción Social de Alicante como la Consejería de Bienestar Social han requerido la colaboración de los estamentos policiales y judiciales para frenar la situación y conseguir que cada niño en edad escolar ocupe el pupitre que tiene asignado. Así, la policía realiza un seguimiento de los casos que detecta, que traslada a su vez a los trabajadores sociales, encargados de reunirse con los padres respectivos para estudiar el problema y conocer las causas de las constantes faltas del niño en la escuela. En caso de reincidencia, el caso se traslada de inmediato al fiscal de menores, que obliga a los padres a cumplir con la escolarización del menor advirtiéndoles que, de otra forma, pueden ser sancionados. Las medidas de control del absentismo escolar no parecen muy efectivas hasta la fecha, y basta dar un paseo por el nuevo barrio para comprobar que, en horas lectivas, proliferan los grupos de niños que juegan en la calle y rodean al fotógrafo mientras realiza su trabajo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.