Clinton insiste en que Japón debe abrir más su mercado para ayudar a Asia a superar la crisis
El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, inició ayer una visita oficial a Japón con un mensaje reiterado: Japón se beneficiará a sí mismo y a Asia con una mayor apertura de su mercado. Clinton planteaba así su preocupación por el constante aumento del déficit comercial estadounidense frente a las importaciones procedentes de Japón y del resto de la región del sureste asiático. Ayer mismo Japón anunció que su superávit comercial con EEUU ha aumentado el equivalente a 850.000 millones de pesetas en octubre y por vigésimo quinto mes consecutivo.
El presidente Clinton comenzó ayer una breve visita oficial a Japón -culmina al mediodía de hoy- con la intención de convencer al Gobierno japonés de que a los dos países les interesa mantenerse unidos frente a la mundialización económica. La visita de Clinton a Japón, la primera desde 1996, se produce en un momento en que en la región todos los líderes asiáticos han pedido un mayor tirón a la economía japonesa para ayudar a la recuperación de sus propios países.Japón ha sido muy cuestionada en los últimos meses por su falta de liderazgo en la crisis financiera asiática. Sin embargo, el Gobierno del primer ministro Keizo Obuchi salió bien parado tras la reunión del Foro de Cooperación Económica para Asia y el Pacífico que finalizó el miércoles. En esta cumbre, Japón no sólo mantuvo sus barreras comerciales en los sectores de pesca y productos forestales transformados, sino que, además, anunció conjuntamente con EEUU un fondo de ayuda para los países asiáticos más afectados por la crisis por valor de 10.000 millones de dólares (1,4 billones de pesetas).
Clinton se tomó la libertad de pedir a los japoneses que incrementen su gasto para contribuir a la recuperación de la economía. "Creo que cualquier medida que se tome para devolver la confianza a los consumidores será buena", subrayó el presidente en referencia a su claro interés por que se gaste más y se supriman barreras comerciales.
El presidente de EEUU aprovechó cuantas oportunidades tuvo para reiterar el mensaje que domina su visita: Japón beneficiará a la región y a sí mismo con una apertura mayor de sus mercados y un mayor dinamismo.
En ese terreno comercial reside la principal fricción que, pese al paso del tiempo, continúa existiendo entre ambos países. A EEUU le inquieta enormemente el aumento de su déficit comercial como consecuencia de la absorción de un aluvión de importaciones asiáticas y por lo difícil que les resulta a las compañías estadounidenses sortear las barreras aduaneras de los países del sureste asiático, en especial las de Japón y Corea del Sur.
Ayer mismo, el Ministerio de Finanzas japonés dio a conocer el delicado dato del superávit comercial de Japón con Estados Unidos, que en octubre alcanzó 719.700 millones de yenes (unos 850.000 millones de pesetas) y registró una subida por vigésimo quinto mes consecutivo.
El primer ministro Obuchi no hizo mención alguna sobre la posibilidad de una mayor liberalización del mercado nipón.
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