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ASTROFÍSICA

Descubierto por sorpresa el resto de supernova más próximo

Las muertes de las estrellas muy masivas no son nada modestas: son las famosas explosiones de supernovas, que no sólo iluminan de repente el cielo como brillantísimas estrellas sino que dejan después una huella que no se borrará en milenios. Hasta ahora se han observado 200 de estos remanentes de supernovas en nuestra galaxia, pero parece que el posiblemente más cercano a la Tierra de todos ellos había pasado inadvertido. Sólo ahora, inesperadamente, lo ha descubierto un equipo de astrónomos.Se trata del residuo de una supernova que debió implosionar en nuestra galaxia hace unos siete siglos, hacia el año 1300. Al contrario de lo que ocurre con otras supernovas, de ésta no se tiene ninguna referencia histórica, y los astrónomos creen que es porque sólo debió ser visible desde el Hemisferio Sur.

El que su remanente tampoco hubiera sido detectado hasta ahora podría deberse a que está en la misma línea de visión de otro objeto muy conocido, precisamente otro residuo de supernova llamada Vela. Ambos objetos, sin embargo, no tienen ninguna relación entre sí (están a distancias muy diferentes).

Los detalles de la detección, llevada a cabo por astrónomos alemanes del instituto Max Planck, en colaboración con holandeses y estadounidenses, se explica en dos artículos del último número de la revista Nature (12 de Noviembre). Los astrónomos han determinado que el remanente podría estar a sólo 600 años luz de distancia, poco si se tiene en cuenta que hasta ahora el objeto más cercano de este tipo detectado está a unos 1.000 años luz.

Una cáscara vacía

La detección se ha producido con un observatorio espacial de rayos X, ROSAT, y otro de rayos gamma, COMPTEL. El remanente se ve como una cáscara vacía, porque eso es más o menos lo que es. La explosión de una supernova se produce cuando la estrella ya no tiene más material para quemar en su núcleo, y por tanto ya no puede contrarrestar, emitiendo energía, la fuerza de gravedad que tira hacia el propio centro de la estrella: como consecuencia, ésta colapsa y queda reducida a un objeto pequeño, poco brillante pero muy denso -por ejemplo un púlsar o incluso un agujero negro-. Pero justo después de la implosión se emite gran cantidad de material, que queda como un residuo en forma de esfera casi hueca.Esta cáscara es muy rica en materiales pesados, porque son los últimos a los que ha recurrido la estrella moribunda antes del colapso. De hecho, las supernovas se consideran las fábricas químicas del universo, porque hay elementos químicos que sólo se producen en ellas. La detección del metal radiactivo Titanio 44 ha permitido establecer su edad y distancia. Estudiando este objeto se sabrá más sobre cómo mueren las estrellas.

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