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La tormenta de meteoritos de las Leónidas pasó sin causar graves percances a los satélites

La lluvia de estrellas se adelantó a las previsiones de los astrónomos: ya en la madrugada de ayer, antes de lo previsto, se pudieron observar en España hasta 600 micrometeoritos cada hora, cuando las estimaciones hablaban de 200. Para verlos en España, los expertos aconsejaban mirar entre la 1.00 y las 3.00 de la madrugada, hacia el este, donde se encuentra la constelación de Leo que da nombre a estas estrellas fugaces.Los satélites de telecomunicaciones apenas sufrieron daños, según las primeras evaluaciones. Por ejemplo, la red de telecomunicaciones Intelsat no registró ningún impacto en sus 25 satélites. La Comandancia Espacial de EE UU aclaró que los 150 satélites militares salieron indemnes mientras que la red de telecomunicaciones celulares Iridium, con 66 artefactos, tampoco tuvo ningún problema. "No se ha informado de ningún desperfecto hasta el momento", explicó por su parte el consorcio Aerospace.

Los técnicos de los dos satélites Hispasat llevaban varios días en alerta, comprobando que todos los sistemas funcionan correctamente. Según sus cálculos la probabilidad de que una partícula -de tamaño similar a un grano de arena- impactase en los satélites era de uno contra 10.000, durante toda la tormenta. Era baja, pero existía: hace dos años, el satélite canadiense ANIC se perdió por culpa de uno de estos balazos, durante una tormenta de menor intensidad que estas Leónidas.

El minisatélite científico Minisat, también español, sí tomó medidas para capear el temporal; apagar los instrumentos científicos de a bordo para evitar problemas derivados de la carga eléctrica de las partículas.

Los astrónomos de todo el mundo, mientras, aprovecharon esta lluvia para desarrollar una campaña de observación masiva sin precedentes. En la estación espacial Mir, por ejemplo, se tenía previsto recoger muestras de las Leónidas, mientras sus dos tripulantes se protegían de los posibles impactos en una de las nave Soyuz que atracan en la estación, listos para emprender el regreso a la Tierra, en caso de necesidad. "La lluvia de meteoritos los esquivó", declaró anoche un especialista del Centro de control en Moscú, al explicar que los dos cosmonautas al final, pudieron regresar a sus habitaciones en la Mir y reanudar el sueño "sin haber visto ni oído" la tormenta.

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