Los especialistas vascos unifican en una guía los criterios sobre el tratamiento del cáncer de pulmón
Los especialistas vascos en el tratamiento del cáncer de pulmón han unificado en una guía los criterios a seguir por todos sus colegas cuando detecten a un paciente con este tumor. Hasta ahora, los hospitales de Euskadi atendían la patología de manera diferente, siendo todas ellas correctas. El pulmón se ha convertido en una víctima directa de unos estilos de vida muy poco saludables, especialmente del hábito de fumar. Una media de 800 vascos -la mayor parte son hombres- mueren cada año por esta enfermedad, casi el mismo número de los casos nuevos que aparecen anualmente.
La guía para el diagnóstico, tratamiento y seguimiento del cáncer de pulmón se ha realizado como una actividad más del Consejo Asesor sobre el Cáncer en Euskadi, organismo que se creó en 1993 y que elaboró un plan estratégico para la prevención y el tratamiento de esta patología para el cuatrienio 1994-1998. El jefe del servicio de Oncología Clínica del Hospital de Cruces, Guillermo López Vivanco, es el coordinador del trabajo. Vivanco justifica la necesidad de la guía por la magnitud que ha alcanzado la enfermedad en Euskadi -es la patología tumoral más frecuente entre los hombres y representa el 14% de los tumores que son diagnosticados cada año- y porque los hospitales vascos, a pesar de su proximidad, tratan el cáncer de pulmón de una manera diferente. "El objetivo", explica, "es aplicar el tratamiento más adecuado a cada paciente y que sea homogéneo. Eso significa que a los enfermos que acudan al Hospital de Txagorritxu de Vitoria se les tratará de la misma manera que a los pacientes de Cruces o del Hospital Nuestra Señora de Aranzazu de San Sebastián". La guía de práctica clínica recoge paso a paso cómo deben abordar los médicos -desde la atención primaria hasta los especialistas- el tumor. Así, se incluyen los factores epidemiológicos, factores etiológicos (las causas del mal) y los factores de predisposición genética que provocan la enfermedad. Se especifica qué tumores son rescatables con cirugía, a qué pacientes hay que hacer radioterapia, a quienes quimioterapia, el tipo de seguimiento y los estudios diagnósticos que hay que realizar para establecer la extensión de la enfermedad. El documento establece el tratamiento estándar, es decir, aquel que los médicos prescriben atendiendo a las evidencias científicas. El doctor López Vivanco recalca que la guía delimita lo que es la asistencia tipo de lo que es la investigación. "Si esa barrera", apunta, "no estuviera claramente delimitada correríamos el riesgo de hacer investigación sin tener una evidencia clara de lo que estamos haciendo". El cáncer de pulmón, al igual que cualquier otro tipo de tumor, se produce cuando las células humanas empiezan a multiplicarse sin control. La célula se olvida de algunas de las características que le son propias y pierde su diferenciación. De esta forma, las células que antes pertenecían al pulmón, dejan de trabajar para este órgano aunque se ubiquen en él. El daño a los genes que controlan el ciclo celular puede ser provocado por causas físicas (como el sol), causas biológicas (un virus) o causas químicas (el humo del tabaco). En concreto, el tabaco es la causa del 90% de los cánceres de pulmón. La costumbre social de fumar, de gran auge durante buena parte de este siglo, ha motivado que una enfermedad infrecuente y casi desconocida a principios del mismo tenga ahora una enorme repercusión social, económica y sanitaria. 14 años menos de vida Los pacientes con cáncer de pulmón viven 14,2 años menos que la esperanza media de vida de la población. Por ejemplo, si la esperanza media de vida en Euskadi es de 73,6 años para los hombres y de 82,5 para las mujeres, un varón que sufra esta enfermedad vivirá sólo hasta los sesenta años por término medio. El riesgo de sufrir un tumor se incrementa en función de la cantidad de cigarrillos fumados. "Hay gente", indica el especialista, "que fumando la misma cantidad de cigarrillos que otra persona no desarrolla el cáncer de pulmón. ¿Por qué? Pues porque tienen mecanismos genéticos que corrigen las alteraciones que produce en las células el humo del tabaco". Los últimos datos revelan que se mantiene la tendencia a un aumento del número de vascos fallecidos por cáncer de pulmón. La tasa de mortalidad por esta enfermedad entre los varones en el trienio 1993-95 fue del 73,9 por cada 100.000 habitantes. Por el contrario, este tumor no ataca con tanta virulencia a las mujeres: por cada veinte hombres afectados sólo hay una mujer. El jefe del servicio de Oncología Médica de Cruces mantiene que en los próximos años el nivel de incidencia de este cáncer entre las mujeres aumentará. "Si el tabaco", recalca, "provoca el 90% de los tumores y ahora la tendencia a fumar se ha igualado entre hombres y mujeres, previsiblemente las cifras de enfermedad también tenderán a igualarse con el paso del tiempo".
El imposible diagnóstico precoz
Una de las grandes frustaciones de los especialistas en el cáncer de pulmón es que no existe ninguna prueba capaz de diagnosticar de manera precoz la enfermedad. Así, el mal de dos de cada tres pacientes es descubierto cuando la patología está ya muy avanzada y es imposible realizar una intervención quirúrgica para reducir el tumor. "Normalmente se producen algunos avisos", resalta el doctor López Vivanco, "pero se ven camuflados con el resto de los síntomas que tienen las personas que fuman". La tos y la expectoración (arrojar por la boca las secreciones que se depositan en la faringe, laringe, tráquea o los bronquios) son algunas manifestaciones comunes a todos los fumadores. La guía de práctica clínica incide en el importante papel que tienen los médicos de atención primaria como primer dique de contención contra la enfermedad. Estos facultativos son los primeros en reconocer a los pacientes y derivarles después a la atención especializada en función de su diagnóstico. Para López Vivanco su trabajo es esencial. "Tienen que hacer ver a la población los peligros que entraña fumar. Deben ofrecer toda la información posible para que cada ciudadano que fuma sepa lo que se está jugando". En la actualidad, en la etapa de la adolescencia un 40% de las chicas fuma frente a un 34% de los varones. A partir de los 40 años, la mitad de las personas fuman, aunque también es el momento en el que más ciudadanos se deciden a a dejar el tabaco. El gran obstáculo para erradicar el tabaquismo sigue siendo la ingente cantidad de dinero que mueve la industria del tabaco en todo el mundo, sobre todo en EE UU. Las tabaqueras estadounidenses se han ofrecido a pagar 206.000 millones de dólares (unos 30 billones de pesetas) para poner fin a las demandas de varios estados que les exigen una indemnización por los gastos médicos derivados del consumo de tabaco.
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