Gran música en homenaje a Frübeck
El pasado mes de septiembre cumplió el director de orquesta Rafael Frühbeck de Burgos 65 años y, con tal motivo, se organizó y montó un programa conmemorativo de características especiales, que fue ofrecido inicialmente en Alemania y, a lo largo de la pasada semana, fue recuperado en Madrid.Se trata de dos rostros musicales de España, uno pintado por nosotros mismos, y otro pintado por autores del otro lado de los Pirineos. De entre los nuestros, saltan ante todo dos nombres de la generación de los maestros, Albéniz y Turina, ambos orquestados por Frühbeck de Burgos; de los de fuera, nos encontramos con páginas históricas tan emblemáticas como El capricho español, de Rimski Korsakov y el Bolero, de Ravel. El resto corrió a cargo de autores actuales, casi todos ellos de la misma generación del director burgalés homenajeado, salvo dos que se introducen y avanzan un poco en el territorio de la generación siguiente.
La elección de los nombres que han llenado esta programación conmemorativa no ha sido gratuita. De todos ellos ha sido intérprete, extremista, difusor e impulsor, el propio Rafael Frühbeck de Burgos, sin importarle -como debe ser- las diferencias de pensamiento y de procedimientos que tenga con los musicos convocados.
Así, para la celebración han unido sus voces, tan dispares pero aquí en armonioso conjunto, Claudio Prieto, Antón García Abril -con respuesta sonora del mismo Frühbeck de Burgos-, José Peris, con el que el músico celebrado coincidió en Munich, Luis de Pablo, Tomás Marco, Martínez Palomo y el vienés Rainer Bischof.
Todas las obras aportadas a estas jornadas son, como es lógico, breves y están basadas en las notas Fa-Re-Si, que en la denominación sajona se corresponde con las letras F-D-B. Las piezas de la colección, pese a todo y a que representan caracteres distintos y aun distantes, se trenzan con cierta facilidad, teniendo en cuenta que la proximidad y el contraste pueden valer como elementos para su posible cohesión. Lo cierto es que se trata de siete composiciones muy condensadas y de indudable calidad, cuando no de gran brillantez, que obtuvieron el aplauso general, recogido por sus autores en unión del director emérito de la ONE y todos los profesores del conjunto español.
Versiones de gran vuelo e irresistible impulso del Capricho español y del Bolero, éste en la línea toscaniniana de mayor viveza que la pedida por Ravel, se unieron a las del Tema con variaciones para arpa, de Joaquín Turina, en buen y fiel trabajo instrumental de Frühbeck y a dos números de Isaac Albéniz, Asturias y Aragón, también orquestadas, como el resto de la Suite española, por el homenajeado hace ya más de 30 años. En resumen: un ambiente entusiasta y un clima de adhesión y de reconocimiento a la figura de Rafael Frübeck de Burgos y, a la vez, nuevamente la evidencia de las grandes posibilidades de nuestro primer conjunto sinfónico.
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