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Un criterio contra Irak

Ahora que una operación militar americana contra Irak parece inminente, la Administración Clinton debería definir claramente sus objetivos y las mejores tácticas militares para alcanzarlos. Aunque la diplomacia parece agotada, queda una tenue esperanza de que Sadam dé marcha atrás en el último minuto. (..) Pero si mantiene el desafío, estaría plenamente justificado que Clinton ordenase un ataque. El mundo no le puede permitir la libertad de fabricar terribles gérmenes y gases nerviosos y utilizarlos para atemorizar a los países vecinos. El primer propósito de la acción militar debe ser forzar el retorno de los inspectores de la ONU y asegurar su acceso a todas las instalaciones sospechosas de almacenar armas. (...) La campaña debería estar dirigida únicamente contra objetivos militares, las fábricas y almacenes de armamento (. . .) y las bases de la Guardia Republicana y otras fuerzas que mantienen a Sadam en el poder. La idea es que le resulte tan caro que prefiera permitir el regreso de los inspectores a sufrir nuevos bombardeos. (...) El Consejo de Seguridad de la ONU es ahora unánime en su condena a Bagdad. Ocho países árabes, entre ellos Egipto y Siria, han pedido la total cooperación de Irak con los inspectores y advertido a Sadam de que cualquier acción militar será culpa suya. Gracias a la diplomacia de EE UU y a la temeraria locura de Sadam, el mundo acepta ahora la posibilidad de una acción militar americana más que en cualquier otro momento de los últimos tiempos. Sadam ignora esta nueva realidad el peligro que corre.

13 de noviembre

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