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La Rosilla estrena el primer centro para toxicómanos abierto en un "híper" de la droga

Los toxicómanos más deteriorados que malviven en el poblado marginal de La Rosilla (Vallecas Villa), cobijados en tiendas de campaña o en alcantarillas, sin higiene ni alimentación en condiciones, cuentan desde hoy con un centro de atención situado a pocos metros de las casetas donde adquieren habitualmente la droga. En el prefabricado, estos drogodependientes alejados de la red asistencial podrán desayunar, comer, lavarse, reposar, intercambiar jeringuillas usadas y recibir atención sanitaria, social y psicológica.

Existe otro centro similar, de titularidad municipal, en la calle de Fúcar (distrito Centro), pero éste es el primero situado en el corazón de uno de los principales hipermercados de la droga en Madrid. El enclave fue elegido por eliminación, ya que la idea inicial, instalarlo en el polígono industrial de Vallecas Villa, fue descartada ante las numerosas quejas. Unas semanas antes, los vecinos de Carabanchel también habían evitado con sus protestas la apertura de otro centro similar.

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Tío Basilio, el vigilante

El nuevo servicio, regentado por la asociación Trama, está subvencionado por la Agencia Antidroga de la Comunidad y el Plan Nacional contra la Droga, dependiente del Ministerio del Interior. El propósito del centro, que este mes abrirá de 9.00 a 17.30, para ir prolongando su horario hasta ofrecer una atención de 24 horas, es reducir el deterioro físico y psíquico que padecen los casi 200 drogodependientes cuya vida gira en torno a los despachos de droga de La Rosilla.

El objetivo inmediato del recinto, por el que se prevé que cada día pasen de 150 a 200 toxicómanos, es derivar a servicios de desintoxicación a quienes lo soliciten. La finalidad es tender un puente hacia los toxicómanos más alejados de la red asistencial y mitigar el daño que les causa su adicción. Cada día a La Rosilla acuden de 2.500 a 5.000 toxicómanos. PASA A LA PÁGINA 3

Duplicar la subvención

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El centro atenderá a 200 toxicómanos que malviven en los alrededores de La Rosilla

El equipo de atención lo forman un médico, un enfermero, un psicólogo, tres educadores, un trabajador social, una limpiadora, dos vigilantes y un grupo de voluntarias que atienden el ropero. Cuando el centro funcione las 24 horas hará falta un equipo de 30 personas: 19 profesionales y el resto voluntarios y objetores. Para ello es preciso que se duplique la subvención de 50 millones recibida este año.Este servicio se iba a instalar en principio en un local del cercano polígono industrial de Vallecas Villa. Hasta que se quejaron los empresarios. También la asociación de vecinos Ahora, que reclama desde hace un año el desmantelamiento de La Rosilla, criticaba la idea de montar este centro en un barrio que ellos desean que desaparezca. Sin embargo no se ha movilizado contra el nuevo servicio.

Existe un centro similar, regentado por la asociación Alma Ata, con subvención del Ayuntamiento de Madrid, en la calle de Fúcar (Centro). La Agencia Antidroga de la Comunidad tenía previsto abrir este verano otro dispositivo de este tipo en la calle de Matilde Hernández (Carabanchel), pero tuvo que desechar la idea ante la oposición vecinal.

Antes de la apertura del centro en La Rosilla, a este poblado acudían (y seguirán acudiendo) diversos servicios móviles de atención a los drogodependientes: el metabús, los metamóviles, el isidrobús y el equipo sociosanitario a pie de calle de Radar. Dispensan metadona, derivan a programas de desintoxicación o prestan apoyo social básico, pero ninguno ofrece cobijo y comida.

El poblado de La Rosilla, formado por casas bajas en medio del campo a poca distancia de los núcleos urbanos de Vallecas Villa, se creó en 1992 para realojar a 88 familias chabolistas de los poblados de Pies Negros (Puente de Vallecas), Altamira (Villaverde) y Pozo del Huevo (Vallecas Villa).

Desde un principio hubo conflictos entre sus moradores porque algunos se dedicaban a la venta de droga. El problema se agravó en el verano de 1997 con el traslado de otras 49 nuevas familias de otro hipermercado de la droga, el de Los Focos.

Algunos de los residentes iniciales de La Rosilla vendieron las casas a los traficantes, que se han adueñado del lugar. Según fuentes policiales, hasta un 20% de estas casetas bajas por las que se pagan alquileres bajos han sido vendidas, pese a que pertenecen a la Comunidad.

El delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Gonzalo Robles, afirmó en el mes de abril, durante una comparecencia en el Congreso de los Diputados, que hay clanes familiares de esta barriada que llegan a ganar hasta 500 millones al año.

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