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Instituciones Penitenciarias investiga si una monitora tiene relación sentimental con un etarra preso en Cádiz

El director del centro penitenciario Puerto I de El Puerto de Santa María (Cádiz), Francisco Márquez Salaverri, confirmó ayer la apertura de un expediente y una suspensión temporal de empleo y sueldo a una monitora ocupacional que desarrolla su actividad profesional en el centro. Esta actuación es una medida cautelar hasta que se aclare si esta mujer mantenía relaciones sentimentales con un recluso de ETA.

El expediente, que está siendo instruido por la Inspección de Servicios de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, se abre para evitar que la relación, si se confirma, pueda poner en riesgo la seguridad de la instalación por la información de la que disponen los funcionarios y que podría haber sido transmitida al recluso.

El director de la cárcel precisó que la institución penitenciaria pretende "ser respetuosa con la intimidad de la monitora, siempre y cuando quede salvaguardada la disciplina interna".

Otras fuentes de la prisión, según publicó ayer el Diario de Cádiz, afirman que el interno ha asegurado que en ningún momento habló sobre cuestiones políticas con la monitora y que su relación se limitó a asuntos estrictamente personales.

Una vez conocidos los hechos, la empleada ha dejado su trabajo en la cárcel y ha regresado a su domicilio, situado fuera de la provincia de Cádiz, desde donde ha mantenido comunicación con el interno por cartas que entregan los familiares del recluso.

Beso o gesto de despedida

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Los hechos, que han sido conocidos ahora, ocurrieron a principios de octubre, según el director de la cárcel. La empleada fue vista cuando besaba al interno en uno de los talleres de la prisión. Según la versión del instructor del informe, se trataba de un "gesto de despedida", por lo que ahora se pretende determinar el grado de intimidad alcanzado entre la mujer y el recluso.La monitora, que tenía un contrato de seis meses de duración, será ahora llamada a declarar para esclarecer las circunstancias de los hechos.

Un portavoz del sindicato CSIF en Puerto I defendió ayer la presunción de inocencia de la trabajadora y evitó pronunciarse sobre el caso hasta que no queden contrastados los datos. Según ésta fuente "no se puede presumir mala intención en el gesto, cuando está en juego un puesto de trabajo".

En la prisión Puerto I hay 11 internos etarras, el mismo número que los que cumplen condenas en la cárcel Puerto II, situada en la misma localidad gaditana.

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