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Arenas replica a Cuevas que el contrato a tiempo parcial tiene el apoyo de la patronal europea

El ministro de Trabajo, Javier Arenas, mostró ayer su respeto a la decisión de la CEOE de no firmar el acuerdo sobre el contrato a tiempo parcial. Pero, al tiempo, recordó a su presidente, José María Cuevas, que recoge los criterios de la directiva comunitaria, apoyada por la patronal europea, Unice. A su vez, el líder de UGT, Cándido Méndez, replicó a Cuevas que el contrato es flexible, "pero la patronal confunde flexibilidad con arbitrariedad, es decir, la libre disposición del trabajador a los intereses de la empresa". Ambos rehúsan una renegociación.

Arenas rechazó las críticas de la confederación de empresarios de que Trabajo les ha dejado de lado en la negociación, y añadió que se han mantenido con ellos 17 reuniones. También negó que sólo se hayan tenido en cuenta las propuestas sindicales, porque el preacuerdo, en su criterio, incluye muchas aportaciones de la CEOE, por lo que no ve motivo para que no quiera suscribirlo.Arenas tiene prevista la firma definitiva del pacto con los dirigentes de CCOO y UGT mañana, viernes. El texto pasará a continuación a la aprobación del Consejo de Ministros, que lo plasmará en un real decreto-ley que entrará en vigor en el mes de diciembre. Posteriormente debe ser convalidado como ley en el Parlamento, dado que supone una modificación del Estatuto de los Trabajadores.

La redacción definitiva de la norma la harán, a partir de la próxima semana, 11 expertos en derecho laboral, con los que ayer se reunieron el secretario general de Empleo, Manuel Pimentel, y otros responsables de Trabajo. Ese grupo está integrado por María Emilia Casas, Salvador del Rey, Juan Antonio Sagardoy, Jaime Montalvo, Alfredo Montoya, Fernando Valdés, José María Marín Correa, Efrén Borrajo, Miguel Rodríguez-Piñero, Santiago González y Enrique García Tomás.

Sagardoy, quien considera deseable que la CEOE se involucre, aseguró que la decisión del Gobierno de encargar a los expertos que elaboren la norma servirá para dar una seguridad jurídica esencial al mercado de trabajo, y señaló que su misión no es cambiar el acuerdo, sino trasladarlo a la ley y darle el contenido jurídico preciso.

Pimentel declaró tras este encuentro que el Gobierno rechaza la oferta del presidente de CEOE para reabrir la negociación y que ésta sea tripartita. Con ello dejó claro que da por cerrado el diálogo sobre este asunto.

Los sindicatos tampoco aceptan la renegociación y ayer sugirieron a la patronal que reconsidere su decisión y suscriba el pacto. El secretario general de UGT, Cándido Méndez, aseguró en Tarragona que los sindicatos no están dispuestos a modificar ni un ápice el acuerdo alcanzado con el Gobierno, informa Josep Garriga.

Méndez replicó a la CEOE afirmando que el nuevo contrato significa un equilibrio entre flexibilidad laboral y protección de los derechos sociales y laborales de los trabajadores. "Una flexibilidad", dijo, "que la patronal confunde con arbitrariedad, es decir, la libre disposición del trabajador a los intereses de la empresa".

A pesar de la negativa de los empresarios a este pacto, Méndez se mostró convencido de que algunas empresas van a beneficiarse individualmente de las ventajas que ofrecen los nuevos contratos. De no ser así, la UGT intentará su aplicación en las negociaciones colectivas del próximo año.

El secretario general de CCOO, Antonio Gutiérrez, pidió a la patronal que deje de lado "actitudes beligerantes" y acepte el citado pacto. Gutiérrez declaró en Albacete: "Lo que hemos firmado es algo coherente y en la línea de lo que se está haciendo en Europa".

"Algunos dirigentes empresariales creyeron", agregó, "que el Gobierno y los sindicatos no iban a llegar a un acuerdo, y me preocupa que alguien haya pensado lo de que "cuanto peor, mejor", como si con el desacuerdo de los empresarios fueran a conseguir del Gobierno decretos a su antojo".

Carta de Cuevas

Cuevas ha enviado a Arenas una carta explicando su rechazo al pacto. Asimismo, la patronal ha elaborado un documento en el que recoge todas sus críticas al nuevo contrato, y sostiene que en él "no se superan las rigideces que hoy dificultan una utilización más intensiva de estos contratos".Algunos de los argumentos esgrimidos por CEOE son que se impide una distribución variable de la jornada ordinaria; la nueva figura de las horas complementarias, que podría aportar flexibilidad, resulta muy complicada; es preciso distribuirlas trimestral y proporcionalmente, en vez de que el empresario disponga libremente de ellas a lo largo del año; se introduce un sistema de consolidación de la prolongación de jornada rígido y contradictorio, y se deja al trabajador la facultad de negarse a la realización de esas horas.

En suma, los expertos de CEOE creen que hay "una clara regresión" y entienden que se obliga al empresario a realizar unas complicadas operaciones para determinar la jornada.

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