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Todo el ángel de las juergas del Candela

Remedios Amaya, Tomatito y Sorderita graban en la sala flamenca el CD "En un ratito"

Amelia Castilla

Primero fue un bautizo y la fiesta que acompaña a ese tipo de celebraciones gitanas, pero la grabación no daba la calidad requerida: la idea se reconvirtió en una juerga flamenca. El local elegido para la grabación fueron las paredes encaladas de la madrileña sala Candela, testigo de muchas madrugadas de cante desde que se inauguró, en 1979. En la juerga participaron Tomatito, José Miguel Carmona, Moraíto, Alejandro Sanz, Joaquín Grilo, Antonio Canales, Potito, Remedios Amaya, Sara Baras y Sorderita, entre otros. En un ratito (Chrysalis) reúne ahora nueve de los temas interpretados aquella noche, e incluye tangos, bulerías y una soleá que recogen el ángel del bar más flamenco.

La noche elegida fue la del 26 de enero pasado. La convocatoria, sólo para artistas, se hizo por teléfono entre los flamencos que se encontraban en Madrid en ese momento. Entre los convocados había representantes de las tres disciplinas flamencas (cante, baile y guitarra) y sólo faltó a la cita en el Candela Paco de Lucía, que se encontraba fuera de España.Remedios Amaya ejerció de anfitriona. No en vano la idea partió del marido de la cantaora y de Javier Limón. "Es el primer disco flamenco que no ha nacido en un escenario, sino en una juerga, que es donde realmente se desarrollan como artistas los gitanos", puntualiza Limón. "Queríamos una grabación al estilo antiguo, sin escuchas ni monitores, donde sólo se oyeran las palmas y las voces".

Seis horas de fiesta

La fiesta duró seis horas. Sorderita, que intepreta dos tangos suyos, Esa mujer ya es casá y Te lo recompensaré, define el disco como una cosa simbólica grabada por puro placer: "No había dinero para pagarlo. Por casa de Miguel (el dueño del bar), pasó lo máximo del flamenco", aclara el cantaor jerezano.Mientras unos cantaban, otros daban compás y soniquete. Fue el caso de Alejandro Sanz, gran aficionado al flamenco, que se atrevió a marcarse una bulería, aunque luego no se recoge en el disco. "Alejandro se salió para dejar el álbum en su esencia", puntualiza el productor de En un ratito.

El Potito, que abre el disco con unos tangos, confirma que todo lo que se cantó aquella noche fue improvisado. "El hecho de que hubiera un micrófono no le quitó espontaneidad a la fiesta", apunta.

El joven cantaor, recién llegado de Holanda de una actuación con Tomatito, añade que la grabación de la juerga tuvo todos los ingredientes de una fiesta. Se pusieron "a gusto" y cantaron "a pelo", acompañados por las guitarras de Tomatito, José Miguel Carmona y Moraíto.

Otro miembro de Ketama, Antonio Carmona, interpretó una de las canciones del último disco del grupo, y Remedios Amaya, una habitual del local que esa noche lucía una camisa rosa chillón, se marcó dos temas. Al baile estuvieron Sara Baras y Antonio Canales. También echó una pataíta Joaquín Grilo, otro gran habitual de la casa, pero los zapateados de los bailaores más populares del momento sólo podrán verse si alguna vez se autoriza el vídeo que el novio de Rosarillo grabó aquella noche de frío gélido en Madrid.

Conseguir los permisos para la participación de los artistas en el disco (prácticamente todos pertenecían a casas discográficas distintas) fue toda una odisea, pero al final se consiguió. Lo difícil ahora es obtener los derechos de imagen de todos los artistas presentes en la sala del barrio de Lavapiés (Calle del Olmo, 8) y sacar el vídeo a la calle.

Pero no fue la imagen el único problema que surgió aquella noche. Tras la grabación de En un ratito, Remedios Amaya decidió dejar a su representante, Mariola Orellana, la esposa de Antonio Carmona. La cantaora, que ya trabaja en el que será su nuevo álbum acompañada por las guitarras de Paco de Lucía y Tomatito, no quiere entrar en polémica de ningún tipo, y asegura que un cambio de representante es una cosa muy normal. "No soy la primera ni la única en dejar a un representante. Sencillamente, no me encontraba a gusto", asegura.

La reina gitana interpreta un par de tangos de En un ratito, que, a su juicio, forman parte de esas canciones que se cantan desde siempre. "No son temas específicos de un bautizo".

Sólo un tema de la fiesta del bautizo original, el que cierra el disco, La soleá del moro, del Indio Gitano, se ha acabado incluyendo en la grabación de Chrysalis.

Naturalmente, la fiesta siguió después de la grabación. Y si hay suerte y los hados son propicios, cualquiera puede encontrarse, una de estas noches en la Cueva del Candela, con los mayores ídolos del flamenco actuando. Para ellos mismos, sin micrófonos ni intermediarios. Las juergas del Candela son así.

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