La defensa del acusado del "crimen de las Adoratrices" dice que no fue "ni autor, ni cómplice ni encubridor"

Un jurado popular compuesto por nueve personas, tres mujeres y seis hombres, deberá decidir en los próximos días sobre la culpabilidad o inocencia de José Manuel Bellerín, un trabajador de Correos, de 33 años, acusado de ser el autor del doble crimen de su ex mujer y de su hija, ocurrido en la madrugada del 12 al 13 de abril de 1996 en un piso de la avenida de las Adoratrices, en Huelva capital. La defensa del acusado dijo que éste no es "ni autor, ni cómplice ni encubridor" de este crimen y mantuvo que no hay ninguna prueba directa que lo incrimine.

"Yo solamente pido justicia y que el culpable cumpla íntegramente la pena que se le imponga", aseguró ayer, envuelta en lágrimas, Leo Cepeda, madre y abuela de Inmaculada Velo, de 26 años, e Inmaculada Bellerín, de 11, que murieron en 1996 cosidas a cuchilladas. El presunto asesino, separado de su mujer un año antes del suceso, cumplía un arresto domiciliario en una vivienda propiedad de sus suegros cuando ocurrieron los hechos, acusado en aquellas fechas de intentar agredir al novio de su ex esposa. El acusado, que ingresó en la prisión provincial de Huelva en agosto de 1997, llegó ayer a la Audiencia onubense bajo una estricta vigilancia policial. José Manuel Bellerín, perfectamente arreglado con un traje marrón, se declaró inocente de los cargos que se le imputan. Su abogado, el letrado sevillano Francisco Baena Bocanegra, mantiene en sus conclusiones preliminares que su cliente "ni es autor, ni cómplice ni encubridor" del doble crimen. Además, añade en el informe, "no se ha probado que el acusado abandonara el piso [donde estaba recluido] y fuera a la vivienda familiar". "Tampoco ha sido hallada el arma blanca". Madre e hija fueron brutalmente asesinada mientras otros dos hermanos menores, Pablo y Alejandro Bellerín, que contaban cinco y tres años, respectivamente, dormían en el piso. Las partes acusadoras aseguran que el primero de ellos vio a su padre en el domicilio tras el doble crimen. Los cadáveres fueron descubiertos ese sábado por la mañana cuando este hijo del matrimonio abrió la puerta a un pintor que aquel día iba a trabajar en el piso por encargo de su abuelo materno. El ministerio fiscal, representado por Jorge Espina, exige 37 años de prisión para el acusado -17 por la muerte de su ex mujer y 20 años por la de la niña, con el agravante de parentesco- y una indemnización de 25 millones para los dos hijos varones del matrimonio. Las dos acusaciones particulares solicitan una pena de 45 años de prisión, con el límite que prevé la ley de 30 años como máximo. El juicio más esperado en Huelva durante los últimos años contará con las declaraciones de 62 testigos, seis peritos, dos médicos forenses y otros dos psiquiatras. Hoy está previsto que declare el pequeño Pablo Bellerín, con siete años en la actualidad, hermano e hijo de las víctimas, que lo hará a través de monitores de televisión en el despacho del juez, contiguo a la sala. También comparecerán los tres policías que llevaron a cabo la investigación; la hermana de Inmaculada Velo, María José, y un compañero de trabajo del presunto asesino. La primera vista del juicio comenzó a las 17.00 de ayer, después de que se constituyera el jurado popular durante toda la mañana. A las 10.00, una treintena de mujeres se concentró ante las puertas del Palacio de Justicia para mostrar su apoyo a los familiares de las víctimas y su repulsa sobre lo acontecido hace dos años. María Asuero, vocal de la Asociación de Mujeres Juristas Lourdes Almansa, aseguró que Inmaculada Velo y su hija "han sido víctimas de la violencia doméstica" y exigió "actuaciones legales contra los malos tratos y la creación de un turno de oficio especializado para proteger a las agredidas". El Centro de la Mujer de Huelva apoyó también con su presencia esta movilización.