Falta de sensibilidad de Educación

Con motivo de la catástrofe causada por el huracán Mitch que ha tenido lugar en Centroamérica, se ha producido nuevamente un fenómeno político y mediático que considero grave y que quisiera comentar brevemente. Los políticos profesionales, de la mano de los medios de comunicación, han explotado la vena sensible del electorado haciéndoles insistentes llamamientos para que ingresen sus aportaciones económicas a las cuentas corrientes de las ONG. En vez de ponerse en huelga de hambre indefinida mientras el Gobierno de Madrid no dé el 0,7%, han preferido partirse el pecho a manotazos pidiendo públicamente dinero para que las ONG envíen ayuda de emergencia a las víctimas del huracán, incluso demandando directamente a las ONG que hagan todo lo que esté en sus manos... eximiendo así a gobiernos y grandes empresas de toda responsabilidad. En mi opinión, los medios de comunicación están manipulando los sentimientos y provocando la conmiseración general con tal de ganar audiencia... y los políticos profesionales, detrás, están enjugando las lágrimas a la población con llamamientos moralizantes que beneficien la imagen del partido o gobierno de turno. Y aunque no hemos de asustarnos al ver que la solidaridad es también objeto de la manipulación política, las ONG deberían levantar su voz, de manera decidida y crítica, contra un modelo de ayuda de eterna emergencia que es incapaz de arreglar los verdaderos problemas de Centroamérica. Pienso que las ONG tienen la obligación ética y política, precisamente en estos momentos de dolorosa catástrofe humana, de hablar a la gente de comercio justo, de condonación de la deuda externa, de cooperación para el desarrollo integral, del 0,7%, etcétera. Hay que hacerlo ahora, cuando los partidos políticos (sobre todo PP y PSOE) dicen que la solidaridad es una exigencia de la humanidad. Eso de que España mande cuatro aviones de ayuda de emergencia y unas decenas de millones de pesetas ya no convence a nadie. Esto es un fraude de lesa humanidad que, publicitando hasta la saciedad la moralidad de la limosna en público, olvida (con descaro interesado e irresponsabilidad graves) las verdaderas causas de la pobreza en Latinoamérica. Las ONG saben, y lo sabemos todos, que el presente y el futuro de Latinoamérica exigen de todos nosotros algo más que una penosa limosna. Medidas políticas y económicas que saquen a esos países de la miseria en que están sumidos, esto es lo que hace falta... y no fomentar en la población el viejo mecanismo de la piedad colectiva con fines expiatorios.- Cristóbal Orellana González.