Fin de la tensión familiar
Los padres del astronauta español reconocieron que pasaron algo de miedo antes del aterrizaje del transbordador, si bien se les pasó rápido al contemplar la excelente maniobra que realizó la nave. "Ha sido perfecto. Nos ha emocionado mucho. Creo que él (Pedro Duque) también se habrá sentido muy emocionado", dijo su madre, Andrea.En su única conversación con la familia durante el vuelo, el astronauta dijo a sus padres que no se preocuparan porque todo marchaba bien. También les aseguró que ya no se daba tantos coscorrones como al inicio de la misión, cuando aún no se había acostumbrado a flotar en la falta de gravedad y chocaba con las paredes o los techos de la nave.
Dos minutos antes del aterrizaje, dos estampidos anunciaron que la velocidad del todavía invisible Discovery acababa de bajar por debajo de la barrera del sonido. "Menos mal que nos acordábamos de los dos golpes, porque si no nos hubiera dado un susto", comentó Pedro, el padre.
Pedro y Andrea han pasado los nueve días de la misión en un hotel en Cabo Cañaveral, donde podían ver el canal interno de televisión de la NASA. A través del mismo podían seguir a su hijo. Ayer presenciaron el aterrizaje junto con las familias del resto de los tripulantes, entre ellos el hijo de Glenn.
Para los estadounidenses, la experiencia de Glenn ha sido una gran inyección de moral y también para todos los ciudadanos del mundo que han cumplido los 70 años.
Pero el viaje del Discovery ha sido, sobre todo, un gran show norteamericano. EEUU es un país que adora los espectáculos, hasta el punto de haberlos convertido a través del rock, Hollywood y la televisión, en una de sus grandes industrias nacionales. Pues bien, el espectáculo del Discovery ha tenido pegados a la pantalla a millones de personas en todo el mundo y ha supuesto el golpe de publicidad que la NASA buscaba.
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