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Robo de cuatro revólveres en la armería de los juzgados de la plaza de Castilla

Un juez de Madrid ha abierto diligencias para averiguar quién está detrás del robo de cuatro revólveres pertenecientes a miembros del servicio de seguridad de los juzgados de la plaza de Castilla.

Las armas, según fuentes jurídicas consultadas por este periódico, desaparecieron hace algunas semanas de la armería en la que los empleados del servicio de seguridad de los juzgados de plaza de Castilla guardan sus armas al concluir su jornada laboral. Esa armería se halla en uno de los sótanos del edificio judicial, al que se accede por la calle de Capitán Haya.

El juez decano de Madrid, Fernando Fernández Martín, confirmó ayer a EL PAÍS la desaparición de estas armas, si bien indicó que no podía aportar detalles sobre el robo porque existe una investigación judicial en marcha.

El hurto de los cuatro revólveres, con su correspondiente munición dentro, ha levantado una gran inquietud en el decanato, que fue el que puso los hechos en conocimiento del juzgado de guardia.

El juez decano ha amonestado a la empresa Savico, que se encarga de la vigilancia interior de los juzgados de Madrid y paralelamente ha elevado una queja por esta negligencia ante la Delegación del Gobierno en Madrid. PASA A LA PÁGINA 4

La investigación sobre el robo de los revólveres se centra en los miembros del servicio de seguridad

VIENE DE LA PÁGINA 1El magistrado de Madrid que se ha encargado del caso -el titular del Juzgado de Instrucción número 33, Tomás Martín- ha abierto varias líneas de investigación para tratar de averiguar el paradero de los cuatro revólveres. Entre ellas, el interrogatorio de los propios miembros del servicio de seguridad de los juzgados. De momento, no hay ninguna persona detenida o imputada en relación con el robo, aunque las sospechas se han centrado en los guardias de seguridad que trabajaron ese día, y que, teóricamente, son los únicos que pueden acceder a la armería. Y las sospechas tienen esa dirección porque "no hay signos de fuerza o violencia en la caja de seguridad en la que se hallaban las pistolas", destacan las citadas fuentes. Esa caja de seguridad o armería está situada dentro de una habitación en la que los vigilantes tienen sus taquillas, y que utilizan para cambiarse de ropa antes de marcharse a sus casas tras la jornada laboral.

"Creemos, y sólo es una sospecha", advierten los citados medios, "que el autor del robo es alguien de la casa, alguien que conocía dónde se guardan las armas y que no levanta sospechas entre los vigilantes si es descubierto dentro de la habitación de las taquillas".

El juez instructor del caso ha tomado ya declaración a la mayoría de los vigilantes que estuvieron en los juzgados el día en que se produjo el robo. El ladrón se llevó todas las armas que había en ese momento en la caja de seguridad. "Si hubiese habido más, probablemente habrían corrido igual suerte", aseveran los citados medios.

Los cuatro revólveres desaparecieron entre las dos y las cuatro de la tarde, justo cuando se produce un cambio en el turno de vigilancia. Un responsable de Savico -la empresa privada de seguridad que se encarga de la vigilancia de los juzgados- negó ayer tarde a EL PAÍS que se hubiese producido tal robo. "Es totalmente falso", dijo.

La vigilancia de los 141 juzgados unipersonales que albergan los dos edificios judiciales de la plaza de Castilla es una labor que en la actualidad comparten los vigilantes de Savico -que custodian los accesos y el interior de los juzgados- y la Guardia Civil, cuya misión se centra en la custodia exterior de los calabozos, enclavados en los sótanos.

Ambos cuerpos custodian los juzgados durante las 24 horas del día, afirma el juez decano.

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