El PSOE alerta de que la banda desea "apuntalar la Declaración de Lizarra"

La reivindicación política ha tardado varios días en aflorar pero tanto ETA como Herri Batasuna ya han recordado que la Declaración de Lizarra sigue vigente. En sentido contrario se manifiesta el PSOE, para quien el proceso de paz tras la declaración de tregua y la respuesta del Gobierno, aceptando hablar con la banda armada, no debe pasar del punto final de la violencia y de la situación de los presos. "ETA ha salido con su comunicado a apuntalar la Declaración de Estella", dijo ayer Alfredo Pérez Rubalcaba. Desde Bruselas, José Borrell afirmó que la banda terrorista no puede fijar el qué ni el cómo de la negociación.

El último comunicado de ETA, difundido ayer por Euskadi Información, ha confirmado las expectativas del PSOE, que esperaba que de un momento a otro el entorno del autodenominado Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV) sacara a colación la Declaración de Lizarra. Según el análisis de los socialistas, el texto firmado por Herri Batasuna, el Partido Nacionalista Vasco, Eusko Alkartasuna e Izquierda Unida, en el que se apuesta por una Euskadi independiente y con fronteras distintas a las tres provincias actuales cuenta con el total respaldo de ETA.En los días posteriores a la firma de ese documento, la ejecutiva federal del PSOE declaró su convicción de que el "guionista" de ese texto era la banda terrorista. "El verdadero autor de esa Declaración ha querido salir a la luz", dijo Pérez Rubalcaba, que apostilló: "Con ETA no se habla de política; de ETA no se esperan opiniones políticas; de ETA sólo esperamos que deje de matar".

Tras la reunión del próximo martes de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE se hará pública la una posición oficial de este partido sobre el actual proceso de paz, aunque Pérez Rubalcaba ya ha empezado a marcar la pauta después de diversas conversaciones telefónicas con el candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell y el secretario general, Joaquín Almunia, ambos en sendos viajes oficiales fuera de España.

De un momento a otro, los socialistas esperan que el jefe del Ejecutivo, José María Aznar, promueva una nueva ronda de conversaciones con los partidos políticos, tal y como ya ha empezado a demandar los peneuvistas. El PSOE se opondrá a que la Declaración de Lizarra sea la base para afrontar este proceso. "El texto firmado en Estella es un mal punto de referencia para los partidos democráticos, ya que disminuye el consenso necesario", advirtió el portavoz de los socialistas.

Borrell: no a ETA

Desde Bruselas, José Borrell, candidato a la presidencia del Gobierno por el PSOE, respondió con contundencia al nuevo comunicado etarra: "No podemos permitir que sea ETA quien nos diga a los demócratas a golpe de comunicados qué hay que negociar con ella, cómo hay que hacerlo y cuándo hay que hacerlo. Quien nos advierte de sus condiciones sobre la negociación, quien está fijando los plazos, es quien no debe tener la iniciativa".Borrell volvió a ofrecer, desde Bruselas, a José María Aznar la colaboración de los socialistas a la vez que le emplazaba a informar al PSOE de los pasos que piensa dar el Gobierno en cada momento, cosa que no está haciendo y que, por tanto, va en perjuicio del consenso que sería posible, y deseable.

No sin cierta ironía, el candidato socialista a La Moncloa indicó que, como líder de la oposición y del PSOE, no quiere ir más allá en sus comentarios hasta que los socialistas "tengan la oportunidad" de trabajar coordinamente con el Ejecutivo. Porque lo que la inmensa mayoría de los ciudadanos quieren, enfatizó, es que en este tema aúnen sus fuerzas el Gobierno y la oposición.

Estos y otros comentarios realizados por Borrell al término de su estancia en la capital belga destilaban una ostensible preocupación por la marginación a la que está sometiendo el Gobierno a los socialistas en un proceso tan importante como es el que se está iniciando para lograr el cese del terrorismo de ETA.

Borrell terminó ayer por la tarde su estancia en Bruselas tras haberse entrevistado a lo largo de la jornada con el presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer; con el vicepresidente Manuel Marín, con el que almorzó, y con los comisarios Emma Bonino, Marcelino Oreja y Monika Wulf-Mathies.

El candidato socialista transmitió a los periodistas que la reforma de la política agraria común propuesta por los comisarios europeos puede implicar para España un desembolso adicional de 600.000 millones de pesetas. "No se puede aceptar la pretensión de que cada Estado miembro pague el 25% de las ayudas comunitarias a sus agricultores. Eso representa mucho más que el dinero procedente de los Fondos de Cohesión. Por tanto, aunque conserváramos los fondos, no sería suficiente para compensar las consecuencias de esa reforma de la PAC, que España no debe aceptar. Lo del aceite de oliva salió mal, pero lo que ahora se plantea es muchísimo peor", advirtió el candidato socialista.