¿Quién paga?
Paradojas del sistema: los cardiólogos son los principales responsables de que crezcan o se reduzcan las listas de espera para las operaciones digestivas (y para todas las demás, por lo que hace al caso). He aquí por qué.
Los anestesistas se llevan una gran parte de las demandas por negligencia. El cirujano sólo se hace responsable de sus manipulaciones quirúrgicas, y cualquier otro problema que surja durante la intervención se apunta en la cuenta del anestesista. Por esta razón, los anestesistas solicitan antes de entrar en el quirófano un informe preoperatorio que certifique que el paciente se encuantra apto para la intervención.
Y ese informe lo emite el cardiólogo. Lo habitual es que lo elabore con una exploración general, un electrocardiograma y una radiografía de tórax: un examen razonable, pero no 100% seguro. Si el cardiólogo quiere protegerse eficazmente contra las demandas, tiene que utilizar una batería de lentas y costosas técnicas que encarecen mucho la intervención e incrementan las listas de espera.
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