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Las islas del Pacífico lanzan en Buenos Aires su SOS como víctimas del cambio climático

La subida del nivel del mar y otras catástrofes amenazan con borrar del mapa a algunos estados

Los estados insulares del Pacífico rompieron ayer el fuego de las peticiones de ayuda "a vida o muerte", como resaltó el primer ministro de Tuvalu, Bikenibeu Paeniu, para atajar cuanto antes los efectos del calentamiento global de la tierra en la conferencia mundial del clima que se desarrolla en Buenos Aires. Las perturbaciones climáticas, destacaron delegados de varios de los 14 países del Pacífico representados en la reunión, están ya actuando en sus territorios: erosionan sus costas, provocan sequías, alteran los patrones meteorológicos y causan catástrofes.

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El delegado de la nación Isla de Kiribati informó que la subida del nivel del mar ha provocado la desaparición de varios pequeños islotes en su territorio. El científico estadounidense Stephen Schneider, de la Universidad de Stanford (California), considera que "el Protocolo de Kioto reduce en sólo un 5% el problema que amenaza a estos países insulares".El Protocolo de Kioto, por el que los países desarrollados se comprometieron hace un año a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, "tiene una enorme importancia simbólica, puesto que estableció un plan de acción a nivel planetario para un problema que nos afecta a todos e impuso a los países desarrollados el deber de costear la solución", resumió Schneider, que acompaño a los representantes de los países insulares del Pacífico en su presentación ante la prensa y certificó que "desde el punto de vista científico, sus preocupaciones son reales".

El Protocolo establece como objetivo vinculante una reducción media, hacia el periodo 2008 al 2012, de un 5,2% respecto al nivel de emisiones de 1990. En la cumbre de Buenos Aires, más de 1600 delegados de 180 países deben llegar a acuerdos para desarrollar los mecanismos de actuación de dicho Protocolo.

"Necesitamos resultados concretos de esta reunión. Nuestros países no tienen capacidad para afrontar los problemas que genera el cambio climático y pedimos que la comunidad internacional sea consciente del tremendo riesgo que corremos. Puede que muchas islas incluso desaparezcan en el próximo siglo", dijo el representante de Nueva Guinea Papúa. Recordó que, recientemente, un fenómeno meteorológico extremo, un tsunami (la enorme ola que causa un maremoto), ha causado la muerte de miles de personas en su país.

Una de las predicciones para el próximo siglo que ha hecho el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC), órgano científico de Naciones Unidas, es que se acentuarán los fenómenos extremos. La sombra del huracán Mitch que arrasa Centroamérica planea tan al sur como Buenos Aires como alerta de lo que puede ser corriente en un futuro próximo.

"Por lo que se refiere al Pacífico, cuanto antes empiecen los países a poner en marcha las reducciones a las que se han comprometido y acepten que son necesarias reducciones mucho mayores, más probabilidades tendrán de sobrevivir en el próximo siglo", recordó Schneider ayer, al leer esta declaración del IPCC.

Debido a los gases de efecto invernadero emitidos por la actividad humana en el pasado y el calentamiento global inducido por ellos, el nivel de los océanos subirá entre 5 y 12 centímetros entre el 2020 y el 2025. Pero el sistema climático tiene mucha inercia, especialmente en cuanto al mar se refiere, de manera que, aunque se cumpliera a rajatabla el Protocolo de Kioto y cesasen las emisiones después del 2020, el nivel del mar habría subido de 14 y 32 centímetros entre el 2050 y el 2100.

La subida de las aguas supondrá en muchas de esas regiones y estados insulares no sólo perdida de territorio (Maldivas, al sur de la India, estaría entre las víctimas más notorias) donde viven millones de personas. El turismo genera una parte esencial de las economías de varios de estos países (por ejemplo, supone entre el 15% y el 18% del producto interior bruto en muchos países del Caribe o el 18% en Maldivas). La pérdida de playas, de ecosistemas marinos, de infraestructuras costeras, de instalaciones energéticas y de vías de transporte, debido al aumento del nivel del mar sería catastrófica.

"Las islas más vulnerables son aquellas que consisten exclusivamente en atolones o arrecifes, como Kirabati. Estas tierras bajas están en peligro de quedar sumergidas, de erosión y de inundaciones provocadas por las tormentas. Además, el agua fresca es a menudo escasa para el consumo humano y la producción agrícola, dado que las reservas subterráneas son limitadas", resume el informe Estados insulares en riesgo, del Laboratorio de Investigación Costera y del Centro Internacional de Huracanes, en Florida (EE UU).

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