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Bill Plympton: "Quiero hacer mis películas locas, con surrealismo, mucho sexo y un humor fantasioso"

Maribel Marín Yarza

El estadounidense Bill Plympton, uno de los grandes realizadores de producciones de animación, defendió ayer en San Sebastián su trabajo como director independiente. "Quiero hacer mis películas locas y crearlas a mi modo; con surrealismo, mucho sexo, violencia y un humor fantasioso". Ésta es la razón que explica su distanciamiento intencionado de los grandes estudios. "Mi gran reto", dijo ayer, "es cómo mantenerme independiente y luchar con esta competencia". Plympton verá reconocido hoy su trabajo en la retrospectiva que le dedica la Semana de Cine Fantástico y de Terror.

La trayectoria de animación de Plympton está marcada por su completa autonomía y autosuficiencia. Creador heterodoxo, este realizador decidió un día que su trabajo iba a tener un sello puramente personal. Buscaba -y continua haciéndolo- tener en sus manos el control creativo de todos sus films. No acepta ni las subvenciones gubernamentales. "Con estas ayudas se hace un arte que satisface al Gobierno y de lo que se trata es de contentar al público", sentencia. Esta filosofía, que ha sido el fundamento de todos sus trabajos, le ha obligado a buscar su propia financiación y a convertirse de dibujante en músico o director de su propio departamento de marketing. "Lo hago yo casi todo porque es más barato; porque los otros artistas no pueden saber qué ideas tengo en la cabeza y por pura diversión", afirmó ayer en San Sebastián. Esta obstinación en abarcarlo todo le supone un plus de trabajo; pasa entre 10 y 16 horas al día entregado a una profesión en la que milita por afición. Su apuesta por la independencia no implica un rechazo por la labor que desempeñan los grandes estudios de animación. "No siento ni rabia ni odio contra la Disney; creo que sus producciones son estupendas. De hecho, soy el primero que asiste a los estrenos de sus películas", dijo. Entre los modos de hacer de Plympton y de ese gran estudio media un oceano en recursos humanos e inversiones. El realizador norteamericano, que produce sus películas de animación de forma casi artesanal, invertirá 200.000 dólares (unos 28 millones de pesetas) en su próximo proyecto. E insiste: "Es posible porque me lo curro yo solito". En el otro lado de la barrera, la Disney destina a cualquiera de sus producciones principales unos 80 millones de dólares (más de 11.000 millones de pesetas). "En un día", aseguró Plympton, "puedo hacer un minuto de animación, lo que es sorprendente, porque en una productora como la Disney si tienen un buen día de trabajo, a lo mejor consiguen hacer un segundo de animación. Y ésa es la razón de que mis producciones sean más baratas", advierte. "En mis películas, además de los dibujos, pongo la música porque toco la guitarra y también algunas voces". Un minuto de animación de Plympton requiere entre 100 y 150 dibujos y uno de sus filmes, 30.000. En el caso de la Disney, una producción necesita de 200.000 imágenes. José Luis Rebordinos, el director de la Semana donostiarra, definió a Plympton como "un viejo amigo de la Semana". Su presencia en San Sebastián el pasado año para presentar I married a strange person, su último largo, supuso un flechazo recíproco entre el público y el realizador, que quedó sorprendido ante la respuesta de los cinéfilos donostiarras. Un año después, el festival le rinde homenaje con una retrospectiva, patrocinada por Cinemanía. Proyectará entre otros trabajos los largometrajes The tune (1992), Mondo Plympton (1997) y I married a strange person (1997), además de cortos como The turn on (1968), Self portrait (1988) y Sex & violence (1997).

Películas a la venta

Plympton no descansa un momento. Siempre está dispuesto a ofrecer un dibujo o un story board que le sirva para financiar sus producciones. Es la otra cara de la independencia. "Todas las películas las he hecho con mi dinero. Por eso", bromeó ayer, "he sido pobre toda mi vida". El realizador se presenta ahora en San Sebastián con la esperanza de que este ciclo que le dedica la Semana sirva para que alguna empresa se interese por distribuir sus trabajos en Europa. "Creo que mi animación", manifestó, "es mucho más popular en Francia o en España que en América". Por eso busca esta plataforma para lanzar su último proyecto, una película que narra la historia de una invasión de extraterrestres que atacan a los principales líderes americanos, como el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, o el de la empresa Microsoft, Bill Gates. La retrospectiva que se le dedica a modo de homenaje muestra desde sus primeros trabajos hasta los últimos. Plympton no tuvo inconveniente en afirmar: "Algunas de las producciones de animación que se proyectan hoy en el Teatro Principal son malas, porque las hice cuando era joven". En todo caso, la oportunidad que se brinda desde la Semana es la de conocer toda su evolución. A ése mismo objetivo pretende servir también el Especial Bill Plympton que Cinemanía emitirá a través de Canal Satélite Digital el próximo 15 de noviembre. Este programa repite algunas de las películas que se proyectan hoy y añade el largometraje Guns on the clackamas, y los cortos 25 maneras para dejar de fumar, Maneras de besar, Huele las flores y El sabio, entre otras de sus producciones.

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