No podemos
Ahora resulta que si, por desgracia, somos víctimas de un atraco o una agresión no podemos perseguir al agresor, o, mejor dicho, no debemos hacerlo, para evitar que en su huida pueda sufrir accidentes. ¿No sería mejor preguntarle por dónde va a huir para poder advertirle de los posibles peligros?En cualquier caso, las consecuencias del reciente trágico suceso son sólo atribuibles a la imprudencia y posterior mala suerte del joven fallecido. No queramos culpabilizar a los guardas jurados (no estoy seguro de si eran guardas jurados o simples empleados del establecimiento) del accidente que, desgraciadamente, le costó la vida a este joven.
No olvidemos que fue el joven el que optó por salir corriendo en una determinada dirección, meterse en el metro y, por último y equivocadamente, saltar a la plataforma situada entre dos vagones de metro.
Nada más, sólo despedirme no sin antes sumarme al dolor de la familia del joven.-
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