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Philips confirma la supresión de un tercio de sus 269 fábricas antes del año 2002

La multinacional de electrónica Philips, acuciada por el impacto de la crisis en sus resultados, tiene previsto cerrar la tercera parte de sus fábricas en el mundo antes del 2002. Dentro de una drástica reestructuración industrial, la firma holandesa quiere pasar de las 269 plantas que tenía al principio de este año a unas 160 o 170 al final de citado periodo. Este año, la compañía clausurará un total de 43 plantas, por lo que pasará a tener 226. La empresa no ha especificado qué regiones del mundo ni qué número de trabajadores, de los 256.400 que tiene ahora, se verán afectados. Los sindicatos holandeses ya han anunciado que denunciarán los planes de Philips ante la Comisión Europea.

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"No tenemos un plan detallado de las fábricas que nuestra empresa cerrará, venderá o fusionará en los próximos tres años", explicó ayer Jeremy Cohen, portavoz de Philips. "Hasta el momento sólo puede confirmarse la previsión que expresó el presidente de la empresa, Cor Boonstra, publicada hoy en el periódico británico Financial Times", añadió.Boonstra, presidente de Philips desde 1996, explicó que su empresa terminará este año con 244 fábricas, 43 menos que a principios de año. De estas 43 ya han sido cerradas o vendidas 25 y las otras 18, aún sin confirmarse cuáles serán, se venderán para finales de diciembre próximo, por lo que la multinacional holandesa planea comenzar 1999 con 226 plantas.

A partir de ahí, Boonstra señala que los centros de producción de la multinacional holandesa se irán reduciendo hasta que queden entre 160 y 170 en el 2002. El presidente de la empresa añade que la principal justificación para los cierres es que Philips tiene una capacidad de producción demasiado grande para sus necesidades, y que para reducir costes va a empezar a proveerse de componentes fabricados por otras compañías.

El pasado 22 de octubre, Philips anunció simultáneamente que su beneficio neto había caído un 70,3% durante los nueve primeros meses del año, debido fundamentalmente a la crisis financiera mundial, y su decisión de poner fin a su empresa común de telefonía móvil con el grupo estadounidense Lucent Technologies.

Además, la Comisión del Mercado de Valores estadounidense aprobó ayer la compra por parte del grupo canadiense Seagram del 75% de participación que Philips posee en Polygram por un total de 1,45 billones de pesetas. El pasado 21 de septiembre, la Comisión Europea ya había dado su aprobación para que se llevara a cabo la venta.

Competencia asiática

Una fuente de la empresa explicó ayer que ciertos productos de Philips están sufriendo una fuerte competencia por parte de fabricantes asiáticos, que, debido a las devaluaciones de las monedas de en la región, los fabrican y venden a precios muy bajos. Uno de estos productos son los tubos de imagen para televisores. Por ello, esta fuente adelantó que es muy probable que la fábrica de Lebring (Austria) cierre su producción de tubos para televisores, pero que mantenga la de monitores para ordenadores.Las 244 fábricas de las que hoy dispone Philips en todo el mundo empleaban a 256.400 trabajadores a finales de septiembre pasado. La suerte que correrán estos empleados no ha sido aclarada por la empresa. El portavoz de Philips ha explicado que, como "cada caso es diferente, no se puede hablar de despidos, puesto que una fábrica puede ser cerrada, desmantelada una o varias líneas de su producción, vendida o fusionada".

Pero, ante la perspectiva de que se produzcan despidos masivos, los representantes de los sindicatos holandeses declararon que denunciarán ante la Comisión Europea los planes de Philips. La central sindical FNV (Federación de los Sindicatos Holandeses), la mayor del país, ha prometido una reacción más virulenta contra este plan que la que adoptó en 1991 cuando Philips redujo una cuarta parte su plantilla en todo el mundo. Al entonces presidente de Philips, Jam Timmer, los sindicatos lo apodaron "el carnicero de Eindhoven".

Cor Boonstra fue quien sucedió a Timmer en la presidencia, y, según los sindicatos holandeses, ha seguido la misma línea de destrucción de empleo de su predecesor. "No aceptaremos que la mano dura que ha tenido para cerrar sistemáticamente fábricas y áreas comerciales marginales y no lucrativas llegue a una racionalización inhumana de la plantilla de trabajadores de Philips", dijo un portavoz de la FNV.

La reacción del mercado bursátil holandés fue bastante contraria a la de los sindicatos. En la Bolsa de Amsterdam, que cerró la jornada de ayer con un alza del 3,77%, las acciones de Philips registraron un avance del 9,05%, mientras que las de Polygram subieron un 1,73%.

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