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Los empresarios europeos se lanzan a la conquista del mercado chino por su crecimiento del 8%

Xavier Vidal-Folch

Los empresarios europeos se han lanzado a la conquista del mercado chino, dado su crecimiento sostenido en torno al 8% y la política de estabilidad seguida por el Gobierno comunista encabezado por el liberal Zhu Rongyi. El pistoletazo de salida colectiva lo ha dado la inauguración en Pekín del foro de Diálogo empresarial Unión Europea-China, impulsado por la Comisión Europea. El aluvión se completa con la llegada de múltiples misiones empresariales nacionales. Ochenta ejecutivos españoles llegan el jueves, acompañando al vicepresidente segundo, Rodrigo Rato.

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El nuevo foro se ha creado a imagen de los existentes con Rusia y Japón. Pretende, mediante reuniones semestrales, favorecer el intercambio entre los agentes económicos chinos y europeos y actuar como grupo de presión para acelerar la modernización y liberalización de la economía china, la séptima del mundo. "Ayudar a crear una China estable, competitiva y abierta dentro de la economía global", como dijo en su inauguración, este fin de semana, el comisario de Comercio, Leon Brittan, en visita política junto al presidente Jacques Santer y su colega de Asuntos Monetarios, Yves-Thibault de Silguy.El grado de la apuesta europea se mide por la envergadura de la representación, compuesta por los presidentes o consejeros delegados de monstruos empresariales como, entre otros, Vivendi, Alcatel, Aérospatiale, Enso, Nokia, Solvay, Carlsberg, Crédit Lyonnais, ENEL o el gigante asegurador alemán Allianz. Por el lado chino figuran las principales empresas -públicas en su totalidad- comerciales, de construcción, siderúrgicas, químicas, energéticas o del papel.

Obstáculos

"En principio veníamos con la intención de hacer presencia, pero hemos discutido mucho más y mejor de lo previsto", resumió el representante de Vivendi, la antigua Societé Générale des Eaux, que acaba de hacerse con el 49% de la española Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), De Beauce. Los dos grandes obstáculos que se pretenden remover se refieren a la libertad de establecimiento y a la liberalización del sistema financiero.Centenares de empresas europeas se han instalado en China desde que en 1978 Deng Xiaoping empezó la liberalización del régimen. Pero su entrada sigue sometida a licencias difíciles de conseguir o que otorgan posibilidades limitadas de actuación.

El ejemplo más reciente ha sido la instalación de dos grandes compañías de transporte marítimo, la británica PeO Nedlloyd y la británico-danesa Maesrk. La presión de Bruselas logró hace ya un año el permiso para ellas. Sin embargo, a diferencia de sus competidoras de Estados Unidos, sólo para instalarse en la capital, sin posibilidad alguna de abrir agencias o filiales en otras ciudades, indispensables para estas compañías. "¿Cómo queréis que creamos en vuestra voluntad de adaptaros a la OMC si nos hacéis estas jugadas en temas como éste, que son mucho más sencillos?", inquirió Brittan a la consejera de Estado (superministra) de Economía y Comercio, Wu Yin.

Y luego está la obligación prácticamente universal de que los inversores exteriores se asocien con una empresa local, a través de una sociedad mixta (joint venture), lo que inhibe la transferencia tecnológica al país, porque la compañía doméstica suele aportar mucho menos. "Una empresa extranjera debe tener iguales derechos que una china, hay que suprimir la obligatoriedad de las joint ventures, o al menos flexibilizarlas", defienden los negociadores de la Comisión Europea.

El otro gran escollo es la falta de liberalización del sistema financiero, lo que perjudica claramente a la banca y a la financiación de las empresas extranjeras de menor tamaño. "Los bancos chinos no son muy fuertes, tenemos que abrir el mercado lentamente, mientras aprenden y se preparan para competir", se escudó ante Yves-Thibault de Silguy el viceministro de Finanzas y estrella ascendente en el Gobierno, Lin Liqun.

Hay un total de 168 bancos extranjeros instalados en China, pero se les permite una operativa muy escasa, apenas operaciones con moneda foránea y clientes extranjeros. Sin embargo, permanecen a la espera de poder intermediar algún día en el potente ahorro doméstico. Hace un año largo se permitió a un total de nueve entidades financieras operar más abiertamente en la zona económica especial de Pudong, y más recientemente, la semana pasada, a otras ocho.

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