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La reforma integral de La Mina seguirá pendiente tras el año 2004

El 2004 será la gran excusa para regenerar el río Besòs, que casi nadie asocia con peces vivos y el impulso que necesitaba el puerto de Sant Adrià para arrancar. Pero el barrio de La Mina y sus habitantes no tendrán tanta suerte y deberán esperar aún 8 o 10 años más hasta que los bloques más destartalados pasen a mejor vida y dejen expedito el camino a otra tipología de viviendas más acorde con las necesidades de sus futuros residentes. Mientras el alcalde de Barcelona, Joan Clos, explicaba en la sede recién estrenada del Consorcio del Besòs, con vistas a La Mina, las características del futuro puerto deportivo con 1.100 amarres y vocación de popularizar la vela, costaba imaginar de qué forma se beneficiarán de la instalación las familias que viven en los barrios marginales de la margen derecha del río. De entrada, el Fòrum del 2004 traerá bajo el brazo un río limpio y un puerto, lo cual no es poco para una zona tanto tiempo olvidada. Sin embargo, la pregunta que se hacen los vecinos más optimistas que desde el principio identificaron el 2004 con la fecha de caducidad de una realidad social y urbanística compleja, es si hay peligro de que el Fòrum les pase rozando pero sin detenerse en sus problemas. La sintonía entre unos ayuntamientos como el de Barcelona y el de Sant Adrià de Besòs está fuera de toda duda. Ambos alcaldes tienen claro que navegan en el mismo barco y que deberán empujar en la misma dirección para llegar a buen puerto. En lo que sí se vislumbran diferencias es en el rumbo que se debe seguir. El Ayuntamiento de Barcelona considera que el 2004 brinda la oportunidad de acabar el trabajo iniciado con las Olimpiadas para completar la fachada marítima hacia el Besòs. Desde el otro lado del río las cosas se ven distintas: el alcalde de Sant Adrià, el socialista Jesús María Canga, repetía ayer que la regeneración de La Mina y de La Catalana constituye el núcleo fundamental del problema que animó a su consistorio a embarcarse en un proyecto cultural de mayor alcance. La reforma integral de La Mina requiere mover muchos más resortes de los que puede parecer a primera vista. Uno de los principales escollos a los que se enfrenta, según Canga, es la recalificación de terreno: se necesita hacer acopio de suelo edificable para albergar las viviendas que sustituirán a los deteriorados bloques. No resulta fácil porque la oferta de terreno es reducida. El alcalde de Sant Adrià está convencido de que, indirectamente, también se beneficiarán del Fòrum del 2004 los barrios desestructurados de La Mina y La Catalana en lo que él califica de "una actuación más envolvente que directa". Las expectativas despertadas en La Mina a partir del mes de enero de 1997, cuando empezó a sonar el Fòrum de las Culturas y su repercusión en la desembocadura del Besòs, han tenido su parte positiva: en los dos últimos años se han escriturado cerca de 1.000 viviendas, lo que demuestra la voluntad de sus titulares por clarificar su situación. Sin embargo, el Ayuntamiento no oculta que la indefinición respecto a un territorio comporta dejadez y deterioro, lo que en una realidad tan particular como la de estos barrios tiende a agravarse aún más. Para regenerar La Mina va a hacer falta el apoyo de todas las administraciones para acometerla en distintas fases. Sobre La Mina pesan muchas etiquetas y casi ninguna buena. La mala fama que arrastra la convierte en el lugar más temido del área metropolitana de Barcelona entre la población. Sin embargo, hay un dato que revela que no es tan fiero el león como lo pintan: La Mina es el barrio metropolitano que registra menor número de denuncias.

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