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"No le enterraré hasta que Arafat me dé explicaciones", dice la madre del joven español

"No enterraré a Uazim hasta que Yasir Arafat no me explique por qué la policía palestina mató a mi hijo". Rosalinda Marín, madre del joven hispano-palestino Uazim Tarifi, de 15 años, muerto el pasado domingo en la ciudad autónoma de Ramala, ha pedido enérgicamente al presidente de la Autoridad Palestina que explique las circunstancias que movieron a los servicios de seguridad a disparar contra su hijo. La protesta de esta zaragozana de 48 años, casada con un médico árabe, se ha convertido en un alegato contra la falta de profesionalidad de la policía palestina.

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"Fue el peor tiroteo de la historia de Ramala. No recuerdo siquiera haber escuchado tantos disparos durante los diez años que duró la Intifada. Luego, cuando se hizo un silencio, tuve como un presentimiento. Pensé que había habido muertos. Temí que a mi Uazim le hubiera pasado alguna cosa", explica Rosalinda, entre lloros y palabras de consuelo, en el salón comedor de su casa, en Ramala, donde desde hace dos días no han dejado de pasar vecinos, familiares y amigos para darle el pésame por la muerte del muchacho.Uazim Tarifi, el cuarto de los cinco hijos de la española Rosalinda Marín y del médico palestino Yusef Tarifi, había salido pocos minutos antes de su casa, en las afueras de Ramala, tras haberse repuesto de un dolor puntual de estómago, provocado, según su madre, por el nerviosismo de un examen de matemáticas que le esperaba al día siguiente en la escuela del barrio.

"No sabemos lo que pasó. Él debió de ir al centro de la ciudad. Sin duda pasó cerca del lugar donde se encontraban manifestándose numerosas personas. Estaban protestando por la actuación, la noche anterior, de un grupo de policías, quienes, en un ajuste de cuentas interno entre servicios policiales, asaltaron la sede local del partido gubernamental, Al Fatá, con la excusa de buscar armas. Pero mi hijo estaba allí por casualidad", explica la madre, sentada en una esquina del sofá de su casa.

Armas reglamentarias

El tiroteo se produjo en el centro de la ciudad, muy cerca de la sede de la policía palestina. Los funcionarios de guardia en la puerta trataron de alejar a los manifestantes arrojándoles piedras. Después desenfundaron sus armas reglamentarias. Los informes oficiosos aseguran que sólo hubo un muerto y no más de tres heridos graves."Mi hijo recibió dos tiros en la cabeza. Los efectuaron a poco menos de dos metros. Uno le entró por la frente. El otro, por encima de la oreja. El casquillo de bala revela que el arma era una pistola pequeña, del calibre 16 milímetros. Pero se disparó con todo tipo de armamento. Hubiera podido haber centenares de muertos", añade Rosalinda.

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La familia Tarifi, una de las más influyentes de la ciudad de Ramala, entre cuyos miembros se encuentra el ministro de Asuntos Civiles, Jaim Tarifi, ha pedido al presidente Arafat que investigue la muerte del muchacho y explique las razones que motivaron a los policías palestinos de paisano a disparar contra una muchedumbre que pacíficamente discurría por la calle.

Ramala se ha convertido en un grito. Todos culpan de la matanza al responsable de los servicios secretos palestinos, Mussa Arafat. Lo vinculan a esa odiada élite de la Administración autónoma que, según ellos, ha vivido durante años el exilio dorado de Túnez, pero que ahora ha regresado a los territorios autónomos amparada por la protección del presidente Yasir Arafat, que les ha dado los mejores puestos en la nueva Administración.

El clamor de los vecinos de Ramala (227.000 habitantes)era ayer compartido por la ex ministra de Educación y diputada palestina Hanan Asraui, quien asegura que se hace imprescindible "poner orden y profesionalizar los servicios de seguridad, acabando al mismo tiempo con la corrupción, que es, en definitiva, el germen que alimenta la guerra de clanes".

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