El PNV prefiere volver a gobernar con los socialistas y EA, pero no descarta pactar con el PP
Los acuerdos entre el partido de Arzalluz y EH ponen en guardia al PSE y a los populares
Dirigentes del PNV se inclinan por reeditar un Gobierno tripartito con el PSE y EA, aunque la ejecutiva dirigida por Xabier Arzalluz no adoptó ayer ninguna decisión al respecto. Fuentes oficiales del partido subrayaron que será una futura Asamblea Nacional la que decida la política de alianzas. El PNV, no obstante, también explorará a fondo las posibilidades de llegar a un acuerdo con el PP, convertido en la segunda fuerza vasca, aunque lo considera a priori más difícil. De entrada, ve suficiente el acuerdo que mantiene con esta formación en Madrid.El PP y el PSE han hecho llegar ya al PNV un avance de sus respectivas posturas. Descartado que EH vaya a entrar en el nuevo Ejecutivo, socialistas y populares ponen objeciones a compartir el Consejo de Gobierno con el PNV, al que le reprochan haberse sumado a la Declaración de Lizarra [Estella]. El presidente de los populares vascos, Carlos Iturgaiz, condiciona cualquier acuerdo a que el próximo lehendakari, Juan José Ibarretxe, y su partido aclaren si "van a optar por la aventura de Estella o por el actual marco jurídico político". Los socialistas, por su parte, no olvidan que meses antes de las elecciones abandonaron el tripartito precisamente por el acercamiento del PNV a HB. Alegan además que se sienten "prisioneros" de las "reglas de juego democráticas", de su programa cultural y de la lucha contra el paro para entrar en el Ejecutivo.
Aun así, el PNV, como ganador de las elecciones, ya piensa en el nuevo Gobierno. La misma noche electoral, poco después de conocerse los resultados, Ibarretxe habló con el resto de sus competidores y les trasladó su intención de comenzar de forma inmediata las conversaciones para formar un Gabinete de coalición. Ayer la ejecutiva del PNV se reunía en la sede principal del partido para analizar los resultados y ratificar los objetivos programáticos prioritarios para la próxima legislatura.
El portavoz peneuvista, Joseba Egibar, declaró antes de la reunión que su partido comenzará ahora a examinar "la vocación de acuerdo que tienen los partidos políticos y la capacidad de compromiso con la que afrontan el proceso". Egibar, Arzalluz y otros miembros de la ejecutiva estarán de jueves a sábado en Galicia, en una nueva reunión de los firmantes de la Declaración de Barcelona.
Aunque ayer no se adoptó ninguna decisión y la Asamblea Nacional que decidirá las alianzas no se reunirá al menos hasta la próxima semana, algunos de los dirigentes más significativos del PNV prefieren reeditar la experiencia del tripartito con PSE y EA. El propio Ibarretxe sostiene que la presencia del PSE en el Gobierno sería buena para seguir construyendo el País Vasco, aunque tampoco descarta ninguna otra opción, y desde luego no aceptará ninguna condición de los socialistas vascos.
En la noche electoral significados miembros del partido coincidieron con la tesis de Ibarretxe. Aunque entre los peneuvistas se insiste en que el PSE va a tener que "pagar la campaña que ha hecho", se coincide en el deseo de renovar la alianza con la fuerza que lidera Nicolás Redondo Terreros. "Ya sabemos lo que son los socialistas y la lealtad que siempre han demostrado al lehendakari Ardanza".
En el PNV, no obstante, se desconfía del secretario general del PSE por ser el responsable de la ruptura del anterior Gobierno a un mes del final de la legislatura, y le responsabilizan de buena parte de la crispación generada en la campaña. Sin embargo, también se han producido críticas internas a Arzalluz, quien arremetió contra populares y socialistas al final de la campaña.
En este ambiente de resaca electoral, entre la euforia de saberse ganadores pero con el sabor amargo de haber perdido un escaño, los nacionalistas están a la espera de que los socialistas se decidan, pero también quieren saber si el PP está dispuesto a cruzar "valientemente" el proceso de paz y a formar un Gobierno de coalición. "Primero tenemos que saber quién manda, si Iturgaiz o Mayor Oreja, y luego es una incógnita saber si van a condicionar los ritmos del proceso de paz a la presencia del PP en el Gobierno vasco, aunque no parece probable", declararon ayer fuentes del partido. La aritmética electoral obligará al PNV a una coalición de tres partidos si quiere mantener el criterio del propio Ibarretxe de que los mejores Gobiernos son los que se asientan sobre una mayoría absoluta. Aunque tampoco se descarta que el PNV decida finalmente gobernar sólo con el apoyo de EA hasta las elecciones municipales de junio de 1999, como sospecha el PSOE. Respecto a posibles apoyos externos de EH, Egibar declaró anoche en la SER que pese a que no habrá pacto en lo que respecta a la acción de Gobierno, otra cosa es que se haga desde el Parlamento. Y añadió: "Los mapas políticos de la Euskadi autónoma en los últimos años se rematan en dos tiempos. Una primera parte, que es la constitución de Gobierno, y después vienen los pactos municipales, forales".
A la espera de resolver la incógnita, Carlos Iturgaiz (PP) condicionaba ayer su entrada en el Gabinete a que el PNV aclare "si va a seguir por la aventura de Lizarra o apuesta por el actual marco jurídico político". Aunque no exigió un compromiso por escrito -"me vale la palabra de Ibarretxe"-, sí reclamó una clarificación del proyecto nacionalista, que a su juicio "no se ha producido durante la campaña". Redondo, igual de reticente, pese a todo se ofreció a trabajar con el PNV. "El próximo lehendakari sabe que nos encontrará para trabajar lealmente y para conseguir la paz en Euskadi".
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