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Colonos judíos y radicales palestinos se movilizan contra el acuerdo de Wye Plantation

Colonos judíos y radicales palestinos se lanzaron ayer a la calle para protestar por la firma de los acuerdos interinos de paz firmados el pasado sábado en Washington. Las manifestaciones fueron reprimidas con energía por el Ejército israelí y por la policía palestina, que parecen haberse concertado para desencadenar al unísono un proceso de represión generalizada contra cualquier algarada callejera. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de regreso en Jerusalén, trató ayer de justificar el pacto al reconocer que "es doloroso entregar una parte de los territorios".

También el presidente palestino, Yasir Arafat, ya en El Cairo, se mostraba menos eufórico que en días precedentes, al afirmar: "Espero que los acuerdos sean aplicados de manera precisa y honesta"."Corremos el peligro de perder la tierra que hemos recuperado después de 2.000 años", aseguraba por su parte un colono judío que, con un grupo de compañeros, trataba de bloquear la circulación de una de las carreteras principales que atraviesa Cisjordania y en la que habían colocado todo tipo de obstáculos. Esta protesta de los colonos -menos de un 5% de la población israelí- fue secundada por cerca de dos millares de personas, que consiguieron bloquear una treintena de carreteras importantes de la región. Su acción fue reprimida con dureza por el Ejército israelí, que practicó una treintena de detenciones.

La actuación de las fuerzas de seguridad israelíes fue secundada en los territorios autónomos de Palestina por la policía de Arafat, que durante las últimas horas ha practicado numerosas detenciones de militantes y dirigentes islamistas, entre ellos la del jeque Hamed al Bitawi, quien fue encarcelado en la localidad cisjordana de Nablús poco después de que efectuara unas declaraciones a una cadena de televisión árabe criticando el acuerdo y señalando que es "contrario al islam". Los servicios secretos palestinos, que dirige el general Amín al Hindi, procedieron también a la detención en Gaza del imam Nafez Azam, uno de los máximos dirigentes del grupo radical Yihad Islámica, que el día anterior había encabezado una manifestación de cerca de 2.000 personas contra los acuerdos de paz y en la que se quemaron banderas de Israel y de EEUU. Las detenciones de los palestinos desencadenaron ayer protestas de jóvenes militantes de la organización gubernamental Al Fatá, que salieron a la calle en Ramala lanzando gritos contra los acuerdos de paz y que finalizaron con un tiroteo de la policía que alcanzó en la cabeza a uno de los muchachos.

Los desmanes callejeros no parecen preocupar excesivamente a Arafat, que ayer inició un viaje por diversos países árabes para explicar el alcance de los acuerdos. Tampoco Netanyahu parece preocupado pese a que el Partido Nacional Religioso, el segundo más importante en la coalición gubernamental, ha anunciado que le retira su apoyo.

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