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Entrevista:MUJERES

"Lloré ante generales siendo ministra de Defensa"

Louise Frechette se encuentra en su despacho del piso 38, en la planta noble del secretariado, al mando de ese enorme complejo asomado al río Hudson.Pregunta. En su nombramiento, al que siguieron el de otras mujeres en misiones de alto nivel, como la expresidenta irlandesa Mary Robinson, alta comisaria para los Derechos Humanos, Kofi Annan dijo que se inauguraba una nueva política con la que se pretende introducir la perspectiva femenina a todo lo que hace la ONU. ¿En qué se ha notado?

Respuesta. Sirve para asegurar que todas las cuestiones que afectan a las mujeres sean consideradas de forma permanente y desde una nueva óptica femenina. Se trata de feminizar la organización. Pero para terminar con el reino o visión imperante de los hombres no basta con que haya mujeres en todas partes, hay que inyectar esa óptica en todo lo que hacen también los hombres. Uno de los trabajos que se han llevado a cabo en el último año ha sido mantener encuentros con todos los departamentos, de forma que, tanto si se trata de hombres como mujeres los que están al frente, empiecen a contemplar y abordar los problemas teniendo en cuenta el punto de vista y posición de la mujer.

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P. ¿Van a ocuparse más de los problemas de la mujer en el mundo o bien van a introducir la visión femenina en las grandes cuestiones de interés general, como la paz y la guerra?

R. Lo que queremos es asegurarnos de que, al diseñar una política o abordar un problema, se tenga siempre en cuenta el impacto que puede tener para las mujeres. Incluso en temas como el medio ambiente, aparentemente sin dimensiones femeninas, dependiendo de cómo se resuelvan, pueden resultar favorables o perjudiciales para la mujer. Y esto es lo que pretendemos integrar en la forma de pensar a todos los niveles de las Naciones Unidas y Estados miembros.

P. Usted inició el grupo de presión femenina en la ONU con Madeleine Albright durante el tiempo que compartieron como embajadoras de Canadá y Estados Unidos en 1992. El llamado club de las siete embajadoras. ¿Por qué luchaban?

R. El grupo sigue hoy con 10 embajadoras trabajando para que haya una representación adecuada de mujeres en posiciones de autoridad. En cada promoción, nos aseguramos de que haya un mejor equilibrio entre candidatos y candidatas, o que cuando la Asamblea General designa grupos de expertos para tratar un problema haya mujeres.

P. ¿Se ha acabado el reino de los hombres?

R. Sí, Annan es el primer secretario general que ha roto con la tradición de que todos los enviados del secretario general sean hombres. Le hemos visto nombrar a mujeres en misiones clave, como Bosnia, al frente de los derechos humanos, etcétera.

P. ¿Y qué cree que están aportando como mujeres a todos estos puestos?

R. Ésta es una pregunta muy capciosa. Yo misma nunca estoy segura de si aporto algo específico como mujer o simplemente a mí misma como persona, con mi carácter, mi forma de hacer. ¿Gobernamos de forma diferente? Se están escribiendo muchos libros sobre cómo dirigen y mandan las mujeres; en ellos se dice que las mujeres solemos ser más idóneas para trabajar en equipo, más abiertas, por lo que supongo que ciertas diferencias con el hombre sí existen.

P. Si las mujeres ostentasen el poder, ¿el mundo sería más pacífico? Después de todo, la guerra ha sido inventada por el hombre.

R. Supongo que es algo que nunca sabremos hasta que tengamos a suficientes mujeres en posiciones de poder y autoridad. No estoy segura de que las mujeres estuvieran menos inclinadas que los hombres a usar la fuerza o ir a la guerra. A fin de cuentas, el liderazgo funciona en todos igual. Si eres un líder político tienes que reflejar la historia, la cultura y la tradición de tu país. Y no creo que una mujer pueda ejercer un liderazgo que está divorciado de la realidad política y social.

P. ¿La razón de Estado se impone siempre, seas hombre o mujer?

R. Sí, aunque la mujer siempre tiene manera de inyectar, en todo lo que hace, su forma de ver y hacer las cosas.

P. A esa generación de mujeres que han abierto brecha como usted se las ha acusado a menudo de haber adoptado los patrones masculinos.

R. Sí, he sido la primera mujer en Defensa, donde durante mucho tiempo me las tuve que ver sola con todos los generales; también en Finanzas, una de las primeras en Exteriores. Pero nunca sentí que tuviera que cambiar nada de mi personalidad. Me siento una mujer con derecho a expresar emociones, cosa que solía hacer con mi grupo de generales de tres estrellas cuando estaba en Defensa; a menudo incluso he llorado en público, y eso es algo que ellos respetaban mucho, porque me respetaban tal como soy. Yo no podría estar actuando constantemente, me sentiría muy poco cómoda e infeliz conmigo misma.

P. Usted está a cargo de la reforma más difícil de la ONU que exige Estados Unidos, la de las agencias de cooperación, muchas de ellas acusadas de despilfarro y de solapamiento de funciones. ¿Cómo serán todos esos organismos que formarán parte de las Naciones Unidas del futuro?

R. Creo que el primer desafío para las Naciones Unidas es centrar su trabajo en los temas que serán relevantes dentro del proceso de globalización. Qué tipos de acciones tiene que emprender la comunidad internacional para ayudar al desarrollo y a salir de la pobreza a los países más atrasados. Porque el subdesarrollo ya no puede verse ahora de la misma forma que hace 25 años. Lo mismo que otro tipo de problemas, como el medio ambiente, salud, drogas, que, a causa de la globalización y la rapidez de las comunicaciones e integración económica, han sobrepasado todas las respuestas.

P. El poner la carrera profesional por delante de la vida personal, ¿no deja al final cierta frustración como mujer?

R. Casi 30 años de vida profesional me han aportado una satisfacción plena; he tenido una vida muy interesante. Además, no hay que confundir vida personal con vida de esposa y madre. Tener una vida personal es ser capaz de tener otros intereses, aparte del trabajo. Y yo los tengo. Familia, amigos, amor por el arte, lecturas y vacaciones. Nunca he sacrificado unas vacaciones

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