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Entrevista:

"Europa tiene que hablar de forma coherente en política exterior"

Ante la cumbre de la UE que comienza hoy, Blair propone la adopción de una política de defensa más imaginativa

En vísperas de la reunión de jefes de Estado de la UE, el primer ministro británico, Tony Blair, ha recibido a seis periódicos europeos, entre ellos Le Monde.

Pregunta. Para empezar, una pregunta muy de actualidad: ¿qué representa para usted Augusto Pinochet?

Respuesta. Todos nosotros condenamos lo que hizo en su momento. Cuando yo era estudiante, todos le condenábamos. Pero señalaré enseguida que en Gran Bretaña tenemos una clara separación de poderes. Lo que ha pasado [el arresto del dictador] es el resultado de un proceso judicial iniciado por un magistrado español y transmitido a nuestra policía a través de la Interpol.

P. ¿Pero la de dejarle entrar en el Reino Unido sí lo fue?

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R. Hay unas reglas y se han aplicado, eso es todo.

P. ¿El arresto,por tanto, no tiene nada que ver con la política exterior "ética" anunciada por su Gobierno hace 18 meses?

R. Lo repito, a pesar de todo lo que se ha escrito, es un proceso judicial. No puede ser una decisión gubernamental, puesto que eso sería interferir en nuestro sistema judicial, lo cual no podemos hacer. Es sencillamente el resultado de dos sistemas jurídicos, el español y el inglés, unidos por un tratado de extradición.

P. Su Gobierno, sin embargo, va a tener cosas que decidir si todos los recursos que se le han abierto a este hombre se rechazan, ¿no?

R. Nuestro secretario de Interior desempeñará un papel casi judicial en este asunto. Deberá actuar, no como político, sino como magistrado, juzgando los hechos y nada más.

P. Pasemos a Europa. La gran firmeza con la que hasta ahora ha reaccionado la zona del euro con respecto a la tormenta financiera en curso, ¿no le incita a acelerar la integración de la libra en el sistema?

R. Estoy de acuerdo. Sin duda, en el transcurso de los últimos meses, la gente ha pensado que la Eurolandia era una fuerza de estabilidad. Pero nosotros observamos las condiciones económicas, y no hay convergencia. Nuestro ciclo económico no es el mismo que el de Francia o Alemania. Por tanto, debemos revisar las condiciones constantemente y eso es lo que hacemos.

P. ¿No podría adelantarnos, al menos, una fecha para la entrada de la libra en el euro? (Blair prometió un referéndum tras las elecciones del 2002).

R. Hemos dicho claramente que deseamos el éxito del euro, trabajamos para ello y además, preparamos a nuestro país. ¿Sabía usted que Londres tendrá un sistema de pago con euros a partir del 1 de enero de 1999? Hemos lanzado una gran campaña de información para preparar al público, y hemos recibido 250.000 solicitudes. Nuestra posición es muy constructiva pero, repito, antes que nada hay que establecer sin ambigüedades el beneficio económico del euro para el Reino Unido.

P. Entretanto, como dijo recientemente Hubert Védrine, el Reino Unido no puede desempeñar un papel de líder en Europa, junto a Francia y Alemania, sin participar en el euro...

R. Es evidente que no podemos desempeñar un papel de líder en un mecanismo del que no somos miembros.

P. No hablaba del euro, sino de la Unión...

R. Sí, el euro es una parte importante de la Unión. Nosotros queremos mantener una estrecha relación no sólo con Francia y Alemania, sino también con Italia y con los demás países miembros. Todavía queda camino por recorrer, pero no subestimemos el cambio que se ha producido en las relaciones entre Gran Bretaña y sus interlocutores europeos. Recuerdo que con el anterior gobierno conservador, todas las cumbres europeas estaban dominadas por las desavenencias entre nuestro país y los demás.

P. A propósito, ¿está usted dispuesto, como sugiere Bruselas, a abandonar la rebaja consentida a su país con el gobierno de Thatcher en 1984?

R. No. Porque las razones que justificaron esta rebaja siguen ahí. Hoy en día seguimos pagando más de lo que en justicia nos corresponde. Comprendemos el problema de Alemania y simpatizamos con ella, pero los demás también tienen que apreciar el nuestro. La desigualdad de nuestra contribución sigue estando ahí y nosotros debemos velar por nuestros intereses nacionales.

P. ¿Es verdad que Lionel Jospin le ha pedido que vete una posible fusión de la British Aerospace con el grupo alemán Dasa?

R. No... Quiero decir que hemos discutido sobre ello, evidentemente, en algunas ocasiones. Pero, permítame que se lo diga claramente, yo tengo mucho interés en ver a Francia metida en este asunto [la fusión]. Pero British Aerospace no es una sociedad estatal y...

P. Sin embargo, usted tiene los medios para...

R. No, nosotros no tenemos poder para decirle lo que tiene que hacer y, además, es importante para ella. Para nosotros, lo importante es intentar construir una industria de defensa europea capaz de ser competitiva en un plano global y, lo digo una vez más, tengo mucho interés en ver a Francia asociada en ello. Nosotros reconocemos los grandes cambios que han tenido lugar en su país a este respecto. Veremos cómo se arregla todo.

P. A propósito de defensa, ¿qué lección saca usted del comportamiento europeo en Kosovo?

R. Kosovo ha demostrado que lo único que ha funcionado y funciona todavía es una diplomacia sostenida por la amenaza creíble del recurso a la fuerza. Es hora de que adoptemos un planteamiento nuevo y entablemos un nuevo debate en Europa sobre lo que es realmente una política exterior de defensa común. Nosotros ya tenemos una identidad en la materia en el seno de la OTAN. No es cuestión de sacar a colación un Ejército europeo, ni cualquier cosa encaminada a debilitar a la OTAN, que es para nosotros el pilar absoluto de nuestra política de defensa.

P. ¿Usted sostiene la idea de abolir la Unión Europea de Defensa (UED) y de transferir sus medios militares a la OTAN?

R. Hay ideas de todo tipo y muchos reconocen que la UED está lejos de ser el instrumento ideal que necesitamos. Una vez más, creo que debemos pensar de una forma más imaginativa de cómo lo hacemos. Para la Unión Europea es fundamental hablar de forma coherente sobre los temas de política exterior y de defensa. Yo estoy abierto a la forma institucional de llegar a ese resultado, pero debemos hablar y actuar de una forma más eficaz.

P. ¿Piensa en alguna persona en particular capaz de simbolizar "la voz de Europa" y de ser el "alto cargo" imaginado en el Tratado de Amsterdam?

R. Debe ser alguien con autoridad, alguien que cuente verdaderamente y al que se le escuche. Que sea o no un político es para mí menos importante que su capacidad. O más bien sus capacidades, puesto que habrá dos cargos (uno para asuntos exteriores y otro para defensa). Podremos discutir los nombres más tarde.

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