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El PSC pide al PSOE que no se deje llevar por la espiral de la tensión con los nacionalistas

Enric Company

A los socialistas catalanes no les gusta cómo han reaccionado sus compañeros del PSOE ante la escalada de tensión nacionalista iniciada con la Declaración de Barcelona y la de Lizarra, firmadas por los partidos nacionalistas periféricos. El primer secretario del PSC, Narcís Serra, explicó el lunes a la dirección socialista catalana que en la dirección del PSOE hay también otros dirigentes de varias organizaciones que comparten esta inquietud y que la cuestión será debatida por la Ejecutiva Federal, después de las elecciones autonómicas vascas del domingo.

La dirección del PSC ha procurado evitar que trascendiera antes de las elecciones vascas el malestar existente en su partido por lo que, púdicamente, denominan "disonancias" entre los propios socialistas en el "debate territorial". Los socialistas catalanes creen que si el socialismo español se deja arrastrar por la dialéctica de nación contra nación promovida por los nacionalistas vascos y catalanes serán encajonados como los defensores del nacionalismo español. Lo que en privado admiten muchos fácilmente, sin embargo, se niegan a decirlo ahora en público. Principalmente porque la campaña electoral vasca obliga a cerrar filas.

Pero precisamente el desacuerdo con el enfoque de la campaña vasca es uno de los más patentes. La diputada Mercedes Aroz accedió a expresar escuetamente su punto de vista sobre ella. "La orientación de la campaña vasca no ha sido la adecuada", dijo, "porque no ayuda a la reconciliación de la sociedad. Para ello hacen falta planteamientos más abiertos a la realidad global del país y a su identidad".

La orientación dada por Nicolás Redondo Terreros a la campaña electoral del PSE es muy distinta a la que está aplicando Pasqual Maragall, candidato a la presidencia de la Generalitat de Cataluña en su precampaña para las elecciones autonómicas. De forma indirecta, Maragall dejó traslucir el miércoles su discrepancia con la posición dominante adoptada por sus correligionarios vascos. Dijo que no participaría en la campaña electoral vasca. Y que si tuviera que hacerlo "lo haría con quienes están de acuerdo con nosotros".

Los adversarios nacionalistas de Maragall hurgan cada día en las notorias diferencias entre el federalismo que defiende el ex alcalde y la cerrada defensa de la Constitución tal cual está ahora que se hace en la Declaración de Mérida, firmada por Manuel Chaves, José Bono y Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Preguntado sobre la cuestión, Maragall sostuvo en una conferencia de prensa que el documento de Chaves, Bono e Ibarra "no expresa la posición del PSOE, sino la de tres presidentes autómicos" que como tales tienen condicionantes políticos muy específicos.

La posición del PSOE, agregó Maragall, es el federalismo asimétrico. La crítica que los socialistas catalanes hacen a la Declaración de Mérida y, en general, a sus compañeros del PSOE que se han dejado atrapar por la espiral nacionalista, es que "explican sólo la mitad de su posición". El diputado Miquel Iceta, por ejemplo, considera que "si hay debate territorial, lo que debemos hacer no es sólo replicar a los nacionalistas, sino exponer también nuestro modelo, que es propiciar una evolución federal de la Constitución, no dejarla como está".

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A este efecto, el PSC cree que el documento sobre estructura del Estado y política autonómica adoptado por unanimidad el 21 de marzo por el Comité Federal del PSOE sirve para que todos los socialistas de España defiendan la misma posición y se eviten las "disonancias" y el riesgo de deriva hacia el nacionalismo.

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