La Cepal reduce al 2,6% el crecimiento económico de los países latinoamericanos en 1998
"El impacto de la crisis asiática a lo largo de este año le significarán a América Latina una disminución de su producto interior bruto (PIB) cercana al 1%, mientras que la profundización de esa crisis por la recesión japonesa y los problemas financieros de Rusia representarán para la región una pérdida adicional de 0,6 puntos del PIB, con lo que el crecimiento de 1998 rondará el 2,6% frente al 4,2% que habíamos previsto en septiembre de 1997", explicó ayer José Antonio Ocampo Gaviria, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), de paso por Madrid, invitado por la Casa de América. Ocampo, procedente de la cumbre de Oporto, dijo que el panorama de crecimiento para toda la región latinoamericana contiene diferencias importantes. Así, Centroamérica casi no se verá afectada por su escasa dependencia de los flujos de capitales externos; el Cono Sur presentarán una brusca desaceleración del crecimiento en el segundo semestre, mientras que los más afectados serán Brasil y Venezuela. En el último caso se prevé incluso un "muy fuerte decrecimiento del PIB".
Respecto al debate sobre las políticas adoptadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI)para frenar la crisis, Ocampo dijo que la existencia del FMI es de por sí positiva "pero que ha subestimado seriamente los efectos recesivos de su receta".
"Por otra parte", añade, "la discusión en torno al cambio de las funciones del FMI se ha convertido un debate sobre la necesidad de una reforma del sistema financiero internacional. La Cepal no está de acuerdo con una liberalización adicional del mercado de capitales. Por el contrario, está a favor de mecanismos para desincentivar el ingreso excesivo de capitales a corto plazo".
Respecto a la actuación de las agencias de calificación de riesgo en los mercados emergentes, el secretario ejecutivo de la Cepal dice que estas entidades "han demostrado ser un instrumento insatisfactorio en los últimos años. Han actuado de forma procíclica, por promover primero inversiones excesivas en dichos mercados y luego una salida masiva de capitales. De esta manera, en vez de atenuar los ciclos financieros, papel que debería desempeñar en los mercados un buen sistema de información, ha tendido a agudizarlos. Esto se hizo evidente en Asia en 1997 y ahora en América Latina".
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