La Universidad Miguel Hernández concede el "honoris causa" al poeta que da nombre al centro
El histórico Teatro Circo de Orihuela fue escenario ayer de la investidura como doctor honoris causa, a título póstumo, del poeta Miguel Hernández por parte de la universidad que lleva su nombre. La nieta del poeta oriolano, María José Hernández, recogió los atributos del nombramiento durante una emotiva ceremonia presidida por el presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, y el rector del centro, Jesús Rodríguez Marín, a los que acompañaban el consejero de Educación, Francisco Camps, y miembros del claustro universitario. En lugar destacado se situó la representante de la familia, que no pudo evitar emocionarse en el momento de recibir un nombramiento que se convirtió en todo un homenaje al poeta.
La ceremonia comenzó con la llegada al Teatro Circo del cortejo de autoridades académicas y civiles, la nuera del poeta, Lucía Izquierdo y su hija María José, todos ellos recibidos con los sones del quinteto de metales Ginés Perez. En el interior del recinto, medio millar de personas escucharon el tradicional Veni creator, que dio paso a la lectura del decreto de nombramiento del nuevo doctor honoris causa. Una pieza del popular cantaor Manuel Gerena relajó el protocolo y sirvió de preámbulo a los discursos del acto. El doctor Francisco Javier Díez de Revenga, padrino de la investidura y reconocido estudioso de la vida y obra del poeta Miguel Hernández, glosó la figura del escritor muerto en la cárcel tras encerrarlo el franquismo. Un birrete, el llamado Libro de la Ciencia, el anillo y los guantes blancos, atributos de los doctores, fueron depositados en manos de María José Hernández, que puso fin a la ceremonia protocolaria propiamente dicha con el juramento del título en nombre de su abuelo, interrumpido por un sonoro aplauso y la actuación de Amancio Prada, que interpretó Por la senda. El rector de la Universidad Miguel Hernández, Jesús Rodríguez Marín, dedicó su discurso a un recorrido por la vida y obra del literato, destacando sus valores como poeta y como persona. "Miguel Hernández no gustaba de solemnidades", apuntó el rector, "y al recibirlo hoy [por ayer] en nuestro claustro no queremos traicionar esa voluntad, y sí que su presencia nos mantenga siempre comprometidos con la cultura". El rector añadió en su discurso: "Queremos que nuestras togas y solemnidades representen una muestra de respeto a antiguas tradiciones sin que nunca se vean convertidas en cáscaras vacías de la ciencia y la enseñanza". Correspondió al presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, valorar el acto en sí, que calificó de "consagración definitiva de una expresión de justicia histórica" hacia el poeta y "un refrendo de la madurez de la civilización moderna". "Hoy me siento especialmente feliz", añadió el presidente Zaplana, "en un lugar emblemático de la cultura de Orihuela y participando en un reconocimiento académico a un ilustre oriolano por una universidad que en su pueblo lleva su nombre". La nuera del poeta, Lucía Izquierdo, calificó de "merecido" el homenaje que Orihuela, la Universidad de Elche y la provincia de Alicante brindaban a Miguel Hernández. "Ha sido un momento profundo en el que mi hija se ha emocionado y yo también, pero que superamos con agradecimiento a este gesto y orgullosas de ver cómo una universidad lleva su nombre", afirmó Lucía Izquierdo. La familia de Miguel Hernández considera que el hecho de que un centro académico sea bautizado con el nombre del literato contribuirá a relanzar su figura y su obra a nivel internacional. La investidura del nuevo doctor honoris causa fue precedida por una vigilia poético-musical que el propio Teatro Circo de Orihuela acogió en la noche del domingo, en la que se sucedieron las actuaciones y se prodigaron las canciones compuestas a partir de poemas del desaparecido Miguel Hernández.
